Vaticano

León XIV elogia la fidelidad “vigilante y silenciosa” de las religiosas en Tierra Santa

| 22/09/2025 - 20:00

El Papa ha agradecido este lunes a las consagradas su presencia en lugares marcados por la violencia, y las anima a mantener viva la esperanza desde la oración, el servicio y la humildad





El Papa ha recibido esta mañana a religiosas de diversas congregaciones presentes en Tierra Santa –Salesianas de María Inmaculada, Hermanas de San Pablo de Chartres, Carmelitas Descalzas, entre otras– quienes trabajan en “lugares lamentablemente desgarrados por el odio y la violencia”.



Durante su discurso, León XIV ha agradecido especialmente a estas mujeres que se inclinan “sobre las miserias morales y materiales en los ambientes más abandonados de la sociedad”. En este sentido, el Pontífice destacó la fuerza que nace de una presencia silenciosa, constante y sin estridencias.

“Es importante lo que están haciendo, con su presencia vigilante y silenciosa en lugares lamentablemente desgarrados por el odio y la violencia, con su testimonio de abandono confiado en Dios, con su constante invocación por la paz”, ha subrayado. “Todos las acompañamos con nuestra oración y, también a través de ustedes, nos hacemos cercanos a quienes sufren”.

Iglesia católica de la Sagrada Familia de Gaza

Oración, sacrificio y humildad

León XIV remarcó también que la fidelidad religiosa se alimenta de la oración profunda, el sacrificio personal y los sacramentos. Cité a un himno litúrgico cuando dijo que estas religiosas “domaron la carne con el ayuno”, “alimentaron la mente con el dulce alimento de la oración” y “saciaron la sed con las alegrías del cielo”. Esa es la vida consagrada en sus raíces, tanto en la contemplación como en el compromiso apostólico.

El Papa describió también a estas mujeres como “siervos inútiles”, utilizando la imagen evangélica para expresar humildad y servicio: “Sin embargo, si confiamos en Él, si permanecemos unidos a Él, suceden grandes cosas, precisamente a través de nuestra pobreza”.

Recordando la figura del Monte Tabor, León XIV recordó que como los discípulos, las religiosas han vivido momentos de esplendor espiritual, pero luego son llamadas “a volver al valle” para “vivir con Jesús la fatiga del designio de Dios y emprender con valentía el camino de la cruz”.

Noticias relacionadas