José Antonio Satúe se enfrenta a su primera entrevista afirmando que “no podemos poner más sufrimiento en homosexuales y divorciados”
José Antonio Satué es el obispo de Málaga desde este sábado 13 de septiembre. Tras la misa de inicio de su ministerio, el prelado oscense recibía el lunes a los periodistas malagueños para someterse a un tercer grado y, hoy, ha salido publicada su primera entrevista, concedida a Diario Sur.
A preguntas del periodista Jesús Hinojosa, Satué volvía a las palabras de su homilía del fin de semana, en la que pedía promover “procesos de liberación, justicia y santidad entre las personas marginadas que se encuentran en las afueras de la sociedad y de la Iglesia”.
¿A qué personas se refería? “A las que habitualmente se sienten excluidas. Personas con pobreza económica y a otro tipo de personas que por su situación han podido sentirse rechazadas. La Iglesia se dirige a todos, pero si quiere hacerlo tiene que tener presente especialmente a aquellas personas que habitualmente han estado más excluidas porque se han separado o porque la Iglesia no las ha sabido acoger bien”, reconoce.
José Antonio Satué en su primera rueda de prensa como obispo de Málaga
El comunicador insiste preguntando abiertamente por homosexuales, divorciados y mujeres. Y el prelado coge el guante: “En esos grupos de personas ha habido mucho sufrimiento, porque en algún momento concreto, o a lo largo de mucho tiempo, han podido percibir que la Iglesia no los acogía tal y como eran”.
Y continúa: “Ciertamente esos grupos que acaba de nombrar, el colectivo homosexual… pues no cabe duda de que hay que hacer todo lo posible para que la Iglesia y las religiones en su conjunto no pongan más motivos de sufrimiento, sino que ayuden a acoger a las personas tal y como son, cada una, como decía Francisco, con su vida a la espalda”.
En este sentido, responde también a si las puertas abiertas por el papa Francisco han sido suficientes. “Abrió una puerta con las famosas bendiciones de parejas homosexuales, es un camino abierto. Con el tiempo se darán otros pasos, porque lo que no puede ser en la Iglesia es que haya personas que se crean santas y otras a las que consideramos pecadoras por cuestiones que ni siquiera ellas han elegido”, subraya.
Por otro lado, haciendo autocrítica, Satué concluye que “la Iglesia tiene el mejor mensaje del mundo, el amor, pero tenemos dificultades para transmitirlo”