El Papa ha enviado un mensaje al Congreso de Líderes Religiosos en Kazajistán en el que llama a buscar una “sinergia para la paz”
El papa León XIV en la audiencia general
León XIV ha dirigido un mensaje a los participantes del 8º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, que se celebra los días 17 y 18 de septiembre en Astaná (Kazajistán). En sus palabras, el Pontífice agradece al presidente Kassym-Jomart Tokayev la convocatoria de esta cita internacional y subraya el papel decisivo del diálogo interreligioso en un tiempo marcado por los conflictos y la violencia.
“Sinergia”, señaló León XIV, significa trabajar juntos: entre nosotros y con Dios. Para el Papa, esa colaboración no es una simple opción práctica, sino la expresión más profunda de la realidad de estar unidos como una sola familia humana. “En lo hondo de la conciencia”, recordó—, “esta certeza se convierte en solidaridad: la convicción de que somos responsables unos de otros”.
En este sentido, el Pontífice evocó la enseñanza del Concilio Vaticano II y recordó que la Iglesia católica reconoce y aprecia “todo lo que hay de verdadero y santo” en otras religiones. La sinergia, explicó, no borra diferencias, sino que las abraza como riqueza mutua.
León XIV citó algunos hitos que marcan este camino común: el encuentro interreligioso de Asís convocado en 1986 por san Juan Pablo II, el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en Abu Dabi en 2019 por Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, o la propia edición anterior de este Congreso en 2022, donde se alzó una voz conjunta contra la violencia, el extremismo y la indiferencia ante los refugiados.
Ese espíritu, insistió el Papa, se traduce en hechos concretos: comunidades de fe que trabajan unidas tras un desastre natural, que acompañan a familias hundidas en la pobreza o que ofrecen esperanza a los desplazados. “La sinergia para el futuro no es un eslogan, es una realidad viva”, recalcó.
El papa Francisco abraza al Gran Imán de Al-Azhar tras la firma del Documento por la Fraternidad Humana
“La religión, en su esencia, no es fuente de conflicto, sino manantial de sanación y reconciliación”, afirmó León XIV. Por eso, invitó a los líderes religiosos a rezar “codo con codo”, a servir “hombro con hombro” y a levantar una voz común allí donde se vulnera la dignidad humana.
Con un tono esperanzado, el Papa concluyó su mensaje confiando en que este Congreso inspire a todos a construir un futuro de fraternidad, solidaridad y paz: “La fe une más de lo que divide. Que el Altísimo bendiga nuestros esfuerzos y haga germinar frutos abundantes para el bien de todos los pueblos”.
