América

La Iglesia estadounidense rechaza el asesinato de Charlie Kirk, una de las brújulas del trumpismo

| 15/09/2025 - 15:55

  • Este activista de extrema derecha era un cristiano evangélico que veía la política como una “batalla espiritual”
  • “Vivimos un momento peligroso”, deplora el obispo de Arlington, que aprecia un “patrón perverso de desorden político y social”





Con apenas 31 años, Charlie Kirk, uno de los activistas de extrema derecha en que más se apoyaba Donald Trump, fue asesinado mientras participaba en un encuentro de debate en la Universidad de Utah. Horas después, la policía detuvo a su presunto asesino, Tyler Robinson, de 22 años, quien habría actuado como un francotirador al dispararle a gran distancia directamente a la garganta. Pese a que el presidente estadounidense habría culpado genéricamente a “la izquierda”, Robinson estaba inscrito como votante republicano.



Mientras la investigación policial clarifica las circunstancias, lo único claro es que este asesinato ha puesto en el espejo a una sociedad, la estadounidense, enormemente fracturada en los últimos años, especialmente desde que Trump llegara al poder por primera vez.

División nacional

Una división nacional a la que el propio Kirk contribuyó al ser uno de los ideólogos de cabecera del trumpismo. No solo cuando alentó la toma del Capitolio tras la victoria de Biden, sino, a nivel de discurso, cuando se ha erigido estos años en una voz clave en la difusión de ‘El Gran Reemplazo’, teoría conspirativa que defiende que “el hombre blanco, padre de familia tradicional y cristiano está siendo sustituido”, vía migración, por millones de ciudadanos que “rompen con esa identidad cultural”. En consecuencia, inmigrantes, homosexuales y personas de otras razas y credos no deben ser vistos como ciudadanos con todos los derechos.

Kirk tenía numerosas afirmaciones públicas en las que ahondaba en este discurso identitario y supremacista, aunque, en las últimas horas, esta es una de las más repetidas: “Creo que vale la pena asumir, lamentablemente, un costo de algunas muertes por armas cada año para poder tener la Segunda Enmienda que proteja nuestros otros derechos otorgados por Dios”. Paradójicamente, esa defensa de que los ciudadanos puedan poseer armas es la que ha conducido a su propio asesinato.

Mural en homenaje a Charlie Kirk en Israel

A nivel de fe, Kirk era un evangélico tradicionalista que solía basar buena parte de sus propuestas ideológicas en el Antiguo Testamento, reclamando que las mujeres se atuvieran al “modelo bíblico”, por lo que su lugar ideal era bajo el amparo del marido. Todo ello trataba de aplicarlo en la política, que veía como una “batalla espiritual” en la que su deber era hacer frente a “las fuerzas de la oscuridad”.

“Mi corazón está con su familia”

Poco después del tiroteo y una vez que se confirmó la muerte de Kirk, Oscar A. Solis, obispo de Salt Lake City, en Utah, publicó un comunicado en el que aseguró que “mi corazón está con su familia” (estaba casado y tenía dos hijos pequeños). Tras detallar que iba a “rezar por el reposo de su alma”, el prelado añadió que también seguiría orando “por todas las víctimas de la violencia armada a lo largo de los años y por sus familias”  Y es que “es espantoso que sigan ocurriendo actos de violencia sin sentido como este. Parece que nuestra sociedad ha perdido el sentido de la santidad de la vida”.

También mostró su pesar el obispo de Arlington (de donde era originario Kirk), Michael F. Burbidge, quien deploró que “hemos sido testigos, en las últimas semanas, de un patrón perverso de desorden político y social. En la parroquia católica de la Anunciación en Minneapolis, los asesinatos de Harper Moyski y Fletcher Merkel, dos niños inocentes. En Charlotte, el asesinato de la refugiada ucraniana Iryna Zarutska. Y, ahora, el asesinato político de Charlie Kirk, conocido por su compromiso con el discurso cívico y racional”.

Como concluyó Burbidge, “lo que vemos desarrollarse en nuestra nación es un patrón perverso de odios arraigados en el rechazo de Dios, de la dignidad de la persona humana y de la santidad de la familia. Solo podemos erradicar estos males mediante una firme confianza en Dios, una devoción más profunda a Cristo y al Evangelio, un amor sincero por las personas, reflejado en la ley, y un compromiso renovado con la justicia y el orden público”.

Un momento peligroso

Consciente de que “vivimos un momento peligroso, nuestro desafío no se limita solo al desacuerdo partidista, las leyes y las políticas, sino que, en un sentido más profundo, consiste en defender los valores fundamentales de la vida política estadounidense: la fe, la familia y el compromiso nacional de vivir juntos en armonía como hermanos y hermanas”.

En plena conmoción nacional, se ha anunciado que el funeral de Kirk se celebrará, el próximo 21 de septiembre, en el State Farm Stadium de Glendale, en Arizona, con capacidad para 60.000 personas. Trump ya ha confirmado su asistencia.

Noticias relacionadas