José Antonio Satué es ya el nuevo obispo de Málaga. Hoy a las once de la mañana arrancaba la misa de inicio de ministerio episcopal del hasta ahora pastor de Teruel y Albarracín en la catedral de la ciudad andaluza.
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Satué presidió una eucaristía que concelebró, entre otros, por los cardenales de Madrid y Barcelona, José Cobo y Juan José Omella, además del presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. Entre las autoridades civiles se encontraba el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, además de representantes de las comunidades autónomas de Andalucía y Aragón.
Humildad, coherencia y misión
“Vengo tal como soy: un hombre nacido en una familia humilde, grande de estatura, pero pequeño por mis limitaciones y pecados, porque tropiezo a menudo en la misma piedra”. Así se presentó ante un templo repleto de fieles. Una intervención que vertebró con tres palabras de referencia a modo de hoja de ruta: humildad, coherencia y misión. “No son recetas ni un programa pastoral, sino palabras que han surgido de la oración y que os comparto”, apostilló.
Visiblemente emocionado, Satué pronunció una contundente homilía en la que se alineó con los postulados claves del papa Francisco y ratificó su compromiso de materializar las reformas de su pontificado en el día a día de su pastoreo malagueño, especialmente en materia social.
Fuera privilegios
“No podemos permitirnos ser una Iglesia autorreferencial, encerrada en sí misma, preocupada solo por sus necesidades y problemas”, sentenció Satué. No se quedó ahí, sino que enunció que “no hemos sido llamados para optimizar recursos ni para mejorar nuestra imagen, mucho menos para proteger privilegios”.
En esta misma línea, apuntó que “nuestra vocación no es conservar espacios, sino promover procesos de liberación, de justicia y santidad, especialmente entre las personas marginadas en las afueras de la sociedad y de la Iglesia”. “Sólo así, ‘todos, todos, todos’ nuestros hermanos y hermanas podrán experimentar la ternura de Dios y su salvación”, explicitó evocando la expresión inclusiva que en tantas ocasiones expresó el papa Francisco.
Heridas locales
Al aterrizar en los desafíos que presente Málaga hoy, quiso visibilizar algunas “heridas” como la soledad, la pobreza, las adicciones, la violencia, inmigrantes explotados, jóvenes sin rumbo, familias rotas…
A la par, planteó que “sólo una Iglesia que renuncia al triunfalismo y deja de mirarse a sí misma, para poner en el centro a Dios, que nos envía a aliviar el sufrimiento de las personas más vulnerables y a buscar el bien de la humanidad, puede abrir caminos de encuentro con Jesucristo”.
Denuncia profética
En esta misma línea, reivindicó “la denuncia profética de las injusticias, y también en los momentos en que, aunque nos cueste, debamos reconocer nuestros errores”.
Con el obispo malagueño san Manuel González y con el cardenal Herrera Oria como referentes, pidió a los presentes descubrir “la grandeza de lo pequeño, la fuerza de lo escondido y la verdad de una vida entregada sin buscar protagonismo”.
“No basta con hablar de sinodalidad, hay que vivirla”, remarcó en otor momento de su homilía, con un aviso justo después para navegantes en el complejo actual contexto político, social y eclesial: “Para escuchar el susurro del Espíritu, debemos alejarnos de la crispación y la polarización que nos asfixian, y abrir espacios reales de escucha mutua, de entendimiento y de colaboración”.
Ecología integral
De la misma manera, sentenció que “no basta con hablar de solidaridad ni del cuidado de la Creación” a modo de compromiso para aterrizar en Málaga esa apuesta por la ecología integral, uno de los pilares del pontificado de Francisco. Para José Antonio Satué, “es urgente dar pasos firmes que transformen nuestro estilo de vida, porque muchas personas —e incluso pueblos enteros— no pueden esperar más”.
Su llamada a la coherencia de la comunidad católica se traduce para el nuevo obispo malagueño en “en nuestra manera de tratar a los pobres, de organizar nuestras parroquias, de administrar los bienes que se nos han confiado, y también en la forma en que nos comunicamos en los despachos, desde los púlpitos y a través de las redes sociales”.
Verdadera entrega
Por otro lado, en el mensaje enviado por León XIV, leído por el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica en España, Roman Walczak, el Papa agradece la “sabiduría y verdadera entrega” de Catalá. A Satué, el Papa agustino le animó a cuidar “la devoción popular” y a “mirar bien del pueblo” de Málaga para que tenga una “fecunda y feliz misión”.
El ya emérito obispo de Málaga como administrador apostólico, Jesús Catalá, intervino al comienzo de la celebración, deseándole un “largo y fecundo pontificado”.