Cono Sur

Alejandro Goic: adiós al obispo que defendió a los perseguidos por Pinochet

| 03/09/2025 - 09:31

El obispo emérito de Rancagua fallece a los 85 años dejando un valioso legado como obrero de la “comunión”, como ha recordado su sucesor, Guillermo Vera





“Fue un pastor bueno, un hombre que amó a su patria y trabajó por la comunión entre nosotros, buscando el diálogo, la parte de verdad que hay en el otro. Su sencillez y mansedumbre lo caracterizaron y le permitieron ayudar a muchas personas”. Así lo definió su sucesor en la diócesis de Rancagua (Chile), Guillermo Vera, al anunciar la muerte del obispo Alejandro Goic Karmelic a los 85 años. El prelado había sido hospitalizado el viernes 29 de agosto, tuvo un paro cardíaco el domingo 31 y falleció el lunes 1 de septiembre.



Enfrentó la dictadura militar

Goic nació en Punta Arenas y fue ordenado sacerdote en 1966. Pocas semanas antes del golpe militar de Augusto Pinochet, en 1973, asumió como vicario capitular de esa diócesis, a la muerte de su obispo, enfrentando los difíciles y conflictivos momentos del inicio de la dictadura militar. También participó activamente en las gestiones con la Iglesia argentina para evitar el conflicto limítrofe del Canal Beagle en 1978, esfuerzo que culminó con el arbitraje papal.

Consagrado obispo por el papa san Juan Pablo II, en Roma, fue obispo auxiliar en Concepción y Talca, luego titular de Osorno y Rancagua. Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile entre 2004 y 2010, además presidió el Consejo Nacional para la Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas desde 2011, promoviendo políticas de protección de menores y de ayuda a quienes sufrieron situaciones de abuso.

Firme defensor de la dignidad de las personas durante la dictadura militar, siendo obispo auxiliar en Concepción fue activo defensor de perseguidos por la dictadura y, en varias ocasiones, denunció atropellos y crímenes. Su intervención en 2007 como obispo de Rancagua en la huelga de trabajadores de la Mina El Teniente, a pocos kilómetros de esa ciudad, le prestigió como facilitador del diálogo. En 2009 señaló la necesidad de un “sueldo ético” para más justicia social, provocando en el país una gran controversia que aún resuena. En reiteradas ocasiones se refirió a las “desigualdades escandalosas” y a la situación indigna que viven los migrantes y los privados de libertad.

“Amo este tiempo”

“En la Conferencia Episcopal fue una gran luz para todo Chile por su palabra certera, su testimonio y su gran servicio”, dijo el obispo Vera. Y agregó: “Trató de asemejarse a Cristo porque él decía ‘para mí la vida es Cristo’ y a eso nos invita a todos”.

Goic solía referirse a hechos de la actualidad del país, publicando comentarios en la prensa. En uno de ellos, hace pocos meses, dijo: “He vivido casi 60 años de sacerdocio. Hoy con 85 años amo este tiempo y este mundo actual con sus luces y sus sombras. (…) Con humildad pido a todos los medios de comunicación social que hagan este esfuerzo cada día: destacar algún hecho positivo que ilumine, con esperanza y alegría”.

Ante su deceso, la Municipalidad de Rancagua decretó tres días de duelo. “Estos días de duelo muestran que la comuna y la región agradecen la vida de monseñor Goic y hoy le acompañan en su despedida”, comentó Vera.

Obispo de Rancagua entre 2004 y 2018, Goic afrontó la profunda crisis de abusos por parte de clérigos, especialmente en su diócesis, cuando aún presidía la Comisión Nacional para la Prevención de Abusos. En ese contexto el papa Francisco le aceptó la renuncia, aunque, a sus 78 años, había pasado el límite de 75 años.  Desde entonces vivió “dedicado a la oración, la lectura y la reflexión en el monasterio de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento”.

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