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Malala: “Creo en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre religiones”

| 02/09/2025 - 11:48

La Premio Nobel de la Paz asegura en una entrevista a L’Osservatore Romano que, como han dicho Francisco y León XIV, el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas





“Creo firmemente en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre culturas y religiones”. Así lo afirma la Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, en una entrevista con L’Osservatore Romano.



Alessandro Gisotti conversa ampliamente con la joven paquistaní que a los 14 años fue víctima de un brutal ataque talibán por defender el derecho de las mujeres a la educación en su país. Y es que solo tres años antes abrió un blog en el que reivindicaba el derecho de las niñas a ser escolarizadas en su región, el valle de Swat.

A los 28 años, 11 después de convertirse en la persona más joven en obtener el distinguido galardón, sigue en la lucha a través de su fundación, Fondo Malala, donde mano a mano con su padre, el profesor Ziauddin Yousafzai, apoyan a niñas en Afganistán, Brasil, Etiopía, Nigeria, Pakistán y Tanzania.

Como ya han dicho León XIV y Francisco, Malala también señala que el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas. “Cuando empecé la universidad, conocí a muchos amigos nuevos de todo el mundo que me introdujeron a diferentes religiones, valores e intereses. Esto cuestionó algunas de mis creencias y amplió mi visión del mundo para mejor”, señala.

“Cuando personas de diferentes religiones se reúnen, puede ser una oportunidad para comprenderse mejor y recordar los muchos valores que todos compartimos”, agrega.

Para Malala, “la educación alimenta la esperanza de un futuro más pacífico y equitativo. Es en la escuela donde los niños aprenden a pensar críticamente y a resolver problemas. Es allí donde hacen amigos, desarrollan la compasión y aprenden a trabajar con los demás. Estas habilidades son esenciales para abordar injusticias, como la misoginia y la discriminación, y recordar a las personas nuestra humanidad común”.

122 millones de niñas sin escolarizar

“Cuando comencé a defender la educación de las niñas, estaba llena de esperanza. Creía que los líderes gubernamentales e institucionales que expresaran su apoyo utilizarían su poder para tomar medidas rápidas y decisivas para transformar el mundo de las jóvenes. Hoy debo admitir una verdad aún más frustrante: el cambio lleva tiempo”, afirma.

Y continúa: “A pesar de mis años de activismo, más de 122 millones de niñas siguen sin escolarizar. La experiencia me ha enseñado que el progreso requiere más que promesas: exige soluciones creativas, recursos constantes y paciencia. Pero estos desafíos no han disminuido mi sentido de urgencia por crear un futuro mejor para las niñas. Esta es mi misión en la vida y siempre lo será”.

En la entrevista, la joven paquistaní recuerda que, “cada día, hay muchísimas niñas que estudian a la luz de las velas, caminan kilómetros para ir a la escuela o estudian a pesar de quienes les dicen que se queden en casa. Su valentía y determinación para aprender me inspiran”.

Y prosigue: “En el islam, los actos de servicio y la búsqueda del conocimiento son principios fundamentales de la fe. Sé que también se valoran en la tradición católica. Si hay niñas dispuestas a arriesgarlo todo por la oportunidad de aprender, creo que todos podemos encontrar la fuerza para defenderlas. El cambio no ocurrirá solo. Debemos escuchar a las niñas y exigir a nuestros líderes que inviertan en educación y soluciones duraderas”.

De Gaza a Afganistán

Malala comparte que las guerras hoy le quitan el sueño. “¿Cuántos niños se duermen con el sonido de los disparos ahora mismo? ¿Cuántas escuelas han sido bombardeadas esta semana? ¿Cuántas familias han quedado separadas para siempre, para nunca volver a reunirse?”, se pregunta.

En Gaza, por ejemplo, “la cantidad de niños asesinados es impactante y aterradora. Cuando presenciamos un genocidio como este, a veces parece desesperanzado, como si no se pudiera hacer nada, pero no es así. Para ayudar a los niños afectados por el conflicto, podemos financiar la educación en situaciones de emergencia y apoyar a las organizaciones locales que ofrecen espacios para que los niños accedan a recursos esenciales, materiales de aprendizaje y apoyo en materia de salud mental. Mantener a los niños en la escuela o reincorporarlos a ella lo antes posible es vital para su bienestar psicosocial y su sensación de seguridad”.

Joven en desnutrición en Gaza. Foto: Organización Mundial de la Salud

En relación al régimen talibán de Afganistán, Malala denuncia que “a las mujeres y niñas se les niega el acceso a la educación, el empleo y cualquier forma de participación pública y política. Controlan todos los aspectos de la vida de una mujer, incluso si puede ir a un parque, cuán fuerte puede alzar su voz y cómo se viste. Esto va más allá de la discriminación de género; es apartheid de género”.

En este sentido, esta semana, el Fondo Malala anunció que otorgará 3 millones de dólares en subvenciones nuevas y extendidas para ayudar a las niñas en Afganistán, abordando las necesidades educativas urgentes y promoviendo la justicia a largo plazo.

Etiquetas: Pakistán
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