Bajo el lema ‘Semillas de paz y esperanza’, la ONGD se une a cristianos de todo el mundo en este periodo de oración, reflexión y compromiso por la Casa Común, recordando que no hay verdadero cuidado de la naturaleza sin justicia para los más pobres
BRA06. AMAZONÍA (BRASIL), 24/08/17. Fotografía del archivo del 5 de agosto de 2014, que muestra una vista general de una área selvática cercana a Manaos, en la Amazonía (Brasil). El Gobierno brasileño autorizó la extinción de una reserva natural de más de 4 millones de hectáreas en la Amazonía para permitir la exploración de minerales en el área, informaron fuentes oficiales. Según el Ministerio de Minas y Energía, fueron detectados 250 procesos para actividades minerales en el territorio de la Renca, de los que el 20 % son anteriores a la creación de la reserva. EFE/ Marcelo Sayão /ARCHIVO
Del 1 de septiembre al 4 de octubre, Manos Unidas se suma al Tiempo de la Creación, un periodo ecuménico en el que cristianos de todo el mundo oran y actúan unidos en defensa de la Casa Común. Bajo el lema ‘Semillas de paz y esperanza’, la ONG de la Iglesia católica invita a vivir estas semanas como un “jardín espiritual” donde florezcan la oración, la escucha y el compromiso con quienes más sufren las consecuencias de la crisis climática.
“Queremos ser sembradores de paz y esperanza. Cuidar del planeta es inseparable de cuidar a las personas más pobres y vulnerables”, afirma Ricardo Loy, secretario general de Manos Unidas.
Tal como subraya Manos Unidas, el Tiempo de la Creación no es solo un espacio para la contemplación, sino también una llamada urgente a la acción valiente y transformadora. En un mundo profundamente marcado por la desigualdad, los países enriquecidos siguen acumulando una deuda ecológica y financiera con los pueblos más empobrecidos, que son quienes padecen con mayor dureza los efectos del cambio climático.
“La crisis climática no golpea a todos por igual. Mientras unos países siguen acumulando riqueza, otros ven amenazada su propia supervivencia. No podemos cerrar los ojos ante esta injusticia”, denuncia Ricardo Loy. Y es que la explotación sin medida de los recursos naturales, la deforestación y la contaminación afectan de manera desigual y amenazan la vida de millones de personas en comunidades vulnerables.
En este sentido, para Manos Unidas esta situación exige respuestas urgentes y solidarias: “no habrá paz sin justicia, ni un verdadero cuidado de la naturaleza sin el cuidado de los más pobres”. “En este Jubileo de la Esperanza estamos llamados a liberar las cadenas de la injusticia. No basta con hablar de ecología si no ponemos en el centro a quienes más sufren sus consecuencias”, subraya el Secretario General de Manos Unidas.
De cara a la próxima COP30 en Belém (Brasil), Manos Unidas urge a los gobiernos y líderes mundiales a impulsar una transición justa, que sitúe en el centro a los pueblos más afectados, promueva la equidad y apueste por un modelo económico basado en la solidaridad, el bien común y la custodia responsable de la Tierra.
“Si no cambiamos de rumbo, la deuda ecológica seguirá creciendo y serán siempre los más débiles quienes paguen el precio. Necesitamos un compromiso valiente y global que una la justicia social con la justicia ambiental”, añade Ricardo Loy.
Manos Unidas anima a las comunidades cristianas a participar en este tiempo a través de celebraciones y oraciones por la Creación; estilos de vida sostenibles que reduzcan el consumo de recursos; apoyo a proyectos de agroecología, soberanía alimentaria y energías limpias en los países del Sur.
Por todo ello, el Tiempo de la Creación es, para la organización, una oportunidad de demostrar que la fe se hace vida en el cuidado de la Creación y en la defensa de la dignidad humana. “El cuidado de la Casa Común no es una opción secundaria de nuestra fe, sino una exigencia del Evangelio. Nuestra misión es sembrar esperanza y trabajar, unidos, por un mundo más justo y fraterno”, concluye Ricardo Loy.