El Papa advierte en el ángelus: “Nuestra fe es auténtica cuando abraza toda nuestra vida, cuando es un criterio en las decisiones que tomamos, cuando nos hace mujeres y hombres que se comprometen con el bien”
León XIV, durante el rezo del ángelus
El papa León XIV ha vuelto a la última planta del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, en la que había muchos grupos presentes. Una ocasión en la que ha mostrado su cercanía a la población de Cabo Delgado en Mozambique que asola una ola de atentados y violencia y ha reclamado que se no olvide esta situación a la vez que pidió a los responsables la esperanza para devolver la paz. Recordando la jornada de oración y ayuno del 22 de agosto por la paz, destacó a los ucranianos que rezan en su fiesta nacional por el don de la paz.
Comentando el evangelio del día (Lc 13,22-30), en el que Jesús invita a entrar por la “puerta estrecha” como imagen de la salvación, se preguntó “si Dios es el Padre del amor y de la misericordia, que siempre permanece con los brazos abiertos para acogernos, ¿por qué Jesús dice que la puerta de la salvación es estrecha?” Para el Papa, “el Señor no quiere desanimarnos” sino “rechazar la presunción de aquellos que se sienten seguros de su salvación, de aquellos que practican la religión y, por eso, se confían”, de los que “no han comprendido que no basta cumplir actos religiosos si estos no transforman el corazón”.
“El Señor no quiere un culto separado de la vida ni acepta sacrificios y oraciones que no nos conducen a vivir el amor a los hermanos y a practicar la justicia”, reivindicó el pontífice. Y es que, alertó, “mientras a veces nos sucede que juzgamos a quien está alejado de la fe, Jesús pone en crisis ‘la seguridad de los creyentes’” porque “nos dice que no es suficiente profesar la fe con los labios, comer y beber con Él celebrando la Eucaristía o conocer bien las enseñanzas cristianas. Nuestra fe es auténtica cuando abraza toda nuestra vida, cuando es un criterio en las decisiones que tomamos, cuando nos hace mujeres y hombres que se comprometen con el bien y son capaces de arriesgarse por amor tal y como hizo Jesús”.
Para León XIV, Jesús “no ha elegido el camino fácil del éxito o del poder, sino que, con tal de salvarnos, nos ha amado hasta atravesar la ‘puerta estrecha’ de la cruz. Él es la medida de nuestra fe, Él es la puerta que debemos cruzar para ser salvados, viviendo su mismo amor y siendo constructores de justicia y de paz con nuestra vida”. Por ello, invitó a “tomar decisiones complicadas e impopulares, luchar contra el propio egoísmo y prodigarse por los demás, perseverar en el bien allí donde parecen prevalecer las lógicas del mal, y así sucesivamente”. Y así, añadió, “descubriremos que la vida se abre de par en par ante nosotros como un mundo nuevo, y, desde ese momento, entraremos en el amplio corazón de Dios y en la alegría de la fiesta eterna que Él ha preparado para nosotros”.