La devoción por la Morenita de Ocaña se remonta al siglo XVII cuando un labriego en el monte de Torcoroma, en las afueras de Ocaña, encontró la imagen de la Virgen
“Virgen de Torcoroma, cuídame a mi y a mi familia, madre amorosa encomiendo mi salud y la de los míos, ten piedad de los afligidos”.
Las preces a la patrona de Ocaña, municipio del nororiente colombiano, adquiere vital importancia en esta región del Catatumbo, golpeada por la guerra.
Por ello, desde el 7 de agosto han comenzado los preparativos de la patrona de los colombianos en el oriente del país.
Esta advocación es venerada desde el siglo XVIII cuando un labriego en el monte de Torcoroma, en las afueras de Ocaña, encontró la imagen de la Virgen. Desde entonces se ha convertido en un símbolo de fe en esta región.
Muchos de sus pobladores también la llaman la Morenita de Ocaña, por lo que esta diócesis comenzó una novena en su honor, pidiendo especialmente por el fin del conflicto.
El 16 de agosto es la festividad de la protectora y madre espiritual del oriente colombiano, una celebración que se ha extendido también a ciudades como Cúcuta, Barranquilla y Bogotá.
Se tiene prevista una procesión y eucaristía campal, presidida por el primado de Colombia y arzobispo de Bogotá, el cardenal Luis José Rueda, junto a Orlando Olave, obispo de Ocaña.
Desde el Episcopado han señalado que esta fiesta representan “un símbolo de identidad y resistencia” sobre todo en momentos tan difíciles en esta región por cuenta del conflicto armado,
“Su imagen ha acompañado a los ocañeros en tiempos de adversidad, fortaleciendo la fe y la unión en torno a su advocación”, indicaron.