Un daño “muy pequeño”. Es el balance que realiza el deán de la mezquita-catedral de Córdoba, Joaquín Alberto Nieva, del incendio que se declaró ayer a las nueve de la noche. A pesar de lo “aparotoso” del humo y a espera de los informes técnicos, los daños se habrían circunscrito a una capilla de unos 25 metros cuadrados, cuyo techo habría colapsado, y a otras dos afectadas, de los 23.000 que tiene el complejo. A la par, ha descartado ofrecer una cifra económica del coste que implicará rehabilitar la zona.
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Nieva aclaró esta mañana en una comparecencia ante los medios que tanto las visitas turísticas como la celebración de culto en el templo son “totalmente seguras”. El deán estuvo acompañado del alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el obispo emérito, Demetrio Fernández.
Imágenes desprendidas
Así pues, la zona más afectada correspondería a unas bóvedas “restauradas recientemente”, que “no es de lo más antiguo”, además de algunas obras escultóricas y pictóricas. El deán destacó “la caída de alguna imagen que se ha desprendido del retablo”, como el “cuadro de la Virgen con el Arcángel del Ático del retablo de la Encarnación, de la O, de la expectación, de la anunciación”.
En este sentido, aplaudió el papel que han jugado los bomberos y los trabajadores del Cabildo para controlar el fuego. En cualquier caso, también anunció que se va a revisar el protocolo de extinción del monumento, si bien precisó que las medidas adoptadas anoche “han funcionado”. Prueba de ello, es que el incendio se controló “en un tiempo razonable y con una gran eficacia”. En cualquier caso, también adelantó que en otoño tienen previsto instalar un sistema de “agua nebulizada”, el mismo que se ha puesto en marcha en la catedral de Notre-Dame de París. “Estamos a la vanguardia”, dejó caer Nieva.
Por su parte, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, manifestó su colaboración permanente con el Cabildo, en tanto que es el último responsable de proteger el monumento, con la supervisión de la Junta de Andalucía y de la UNESCO.