La Arquidiócesis de Miami ha anunciado que ha asegurado con éxito el derecho a brindar ministerio católico continuo y atención pastoral en ‘Alligator Alcatraz’, el centro de detención ubicado en la región de los Everglades y que ha sido diseñado para aliviar la presión en las cárceles migratorias federales, las cuales se han visto especialmente tensionadas tras las redadas del presidente Donald Trump.
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‘Alligator Alcatraz’ no es el nombre real del complejo. Fue bautizado así por los ciudadanos haciendo referencia a la situación del mismo: situado en un área remota y rodeado de humedales llenos de reptiles, el apodo alude tanto a los animales que habitan los pantanos como a la antigua prisión de Alcatraz, situada en la Bahía de San Francisco, California.
“Me complace que nuestra solicitud de brindar atención pastoral a los detenidos haya sido atendida”, ha dicho el arzobispo de Miami, Thomas Wenski. “Además, pudimos responder a una solicitud para brindar un servicio similar al personal que reside en el centro. La Iglesia no tiene fronteras, pues todos somos miembros de una misma familia humana. Nuestra agenda siempre fue anunciar la buena nueva a los pobres”, ha añadido.
Atención sacramental estable
La primera misa se celebró el pasado sábado, 2 de agosto. Asimismo, la Arquidiócesis ha señalado que las celebraciones litúrgicas regulares continuarán siguiendo las directrices del centro y la disponibilidad pastoral del clero.
El arzobispo de Miami, Thomas Wenski
“Este avance se produce tras meses de diálogo entre los obispos de Florida, los líderes de la Arquidiócesis y las autoridades penitenciarias estatales”, subraya el comunicado de la Iglesia de Miami. El acuerdo garantiza que los capellanes católicos y los ministros pastorales de la Arquidiócesis tendrán pleno acceso para ofrecer dos misas litúrgicas a los detenidos y al personal católico dentro del centro de detención.
La Arquidiócesis planea, además, tener una presencia católica exitosa y constante en Alligator Alcatraz, lo cual dependerá de una organización y coordinación eficaces. El objetivo es asegurar un programa estable de atención sacramental y ministerio pastoral que satisfaga las necesidades espirituales tanto de los detenidos como del personal, con el apoyo del clero y voluntarios laicos comprometidos.
