La Conferencia Episcopal Venezolana recordó que fue un “pastor incansable al servicio de la Iglesia venezolana”
Mario Moronta, obispo emérito de San Cristóbal
Ha fallecido este 4 de agosto, a los 76 años, Mario del Valle Moronta, obispo emérito de San Cristóbal – jurisdicción fronteriza con Colombia – y quien en vida plantara cara a Nicolás Maduro, líder chavista en el poder, frente a la represión.
La Conferencia Episcopal Venezolana ha expresado su pesar por la noticia, recordaron que fue un “pastor incansable al servicio de la Iglesia venezolana”.
Moronta se mantuvo en la primera vicepresidencia del Episcopado hasta febrero de 2025, cuatro meses después de que fuera aceptada su renuncia, en octubre de 2024.
El cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, recordó que “su voz resonó con fuerza en momentos difíciles, recordándonos que la verdad se defiende con amor”.
Moronta fue muy cercano al chavismo en sus inicios. Cabe recordar que en 2005, el fallecido presidente Hugo Chávez, mantenía tensiones con la jerarquía episcopal, pero amistad con el obispo de San Cristóbal.
De hecho, en 2011 administró la extrema unción a Chávez para que “tenga fortaleza física, pero sobre todo espiritual” cuando fue diagnosticado de cáncer la primera vez y viajó a Cuba a operarse.
Pero tras la muerte de Chávez, Moronta se distanció del chavismo liderado por Nicolás Maduro. En 2019, criticó la narrativa de “guerra económica” y abogó por los presos políticos con una carta abierta.
“No es ningún secreto que hoy atravesamos la más grave crisis política, económica, social y moral que azota al país. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se está encerrado en una cúpula de cristal”, criticó.
Su más reciente cuestionamiento fue en la Fiesta del Cristo de la Grita – hace un año – frente a autoridades militares tras la dura represión desatada por las protestas contra los resultados electorales del 28 de julio, en las que Maduro se adjudicó la presidencia sin mostrar las actas.
Dijo que muchos de los jóvenes detenidos en protestas “no son terroristas” ni que se podía imponer la paz “con persecuciones hacia quienes piensan de modo diverso a nosotros”. Desde entonces fue declarado persona no grata en instalaciones militares.
En San Cristóbal – jurisdicción que pastoreo 25 años – redoblarán las campanas y se mantendrá a media asta la bandera pontificia. Informó la Diócesis en un comunicado.
Recordaron que fue un pastor ejemplar, dedicado a su grey tachirense, por lo que “su legado magisterial, expresado en sus escritos, gestos y palabras, ha dejado una huella imborrable” tanto en su cleo como feligresía.
Dejó un testamento espiritual en el que pidió a sus fieles no hacer ningún gasto para flores ni adornos en su funeral, sino que el dinero sea donado a los más pobres, por lo que han dispuesto recibir donaciones “umpliendo así su último deseo”.
Sus exequias se realizarán en la catedral de San Cristóbal. Se han declarado tres días de duelo en la Iglesia local.
Moronta nació el 10 de febrero de 1949, en Caracas. El 19 de abril de 1975 fue ordenado sacerdote. Fue el quinto obispo de San Cristóbal – jurisdicción sufragánea de Mérida – desde 1999 hasta 2024.
Estudió teología bíblica en Roma. Como sacerdote, incardinado en Los Teques, fue vicario parroquial, profesor en seminarios, párroco y vicario episcopal en Guarenas y Los Valles del Tuy.
En 1990 cuando el Papa Juan Pablo II lo nombra obispo auxiliar de Caracas. Hasta que en 1995, fue nombrado titular de Los Teques. Cuatro años después es enviado como obispo de San Cristóbal.
Uno de sus logros más importantes fue el II sínodo diocesano, celebrado en 2007, en el que promovió la renovación y el trabajo pastoral en Táchira.