Destacaron su compromiso como esposo, padre y laico al servicio del Evangelio en el mundo del trabajo rural
En una jornada de oración y compromiso y el marco del Jubileo de las Familias Campesinas, la diócesis de La Rioja celebró la memoria de Wenceslao Pedernera, uno de los cuatro mártires riojanos.
La jornada comenzó en el campo Nuevas Esperanzas campesinas de Sañogasta (NECAS), comunidad rural donde donde vivió, trabajó y entregó su vida el Beato, en 1976.
Allí se evocó una reseña histórica de la vida de Wenceslao en la que se destacó su testimonio como laico comprometido, esposo, padre de familia y militante del Evangelio encarnado en la realidad de los pobres del campo, la dignidad del trabajo campesino y el acceso a la tierra.
Durante el acto se realizó un acto simbólico: se besó la tierra como un agradecimiento y reverencia al suelo que alimenta y cobija, y rememoró el legado del mártir, quien supo amar la tierra y a su gente hasta el extremo.
Seguidamente, se emprendió la marcha hasta la Capilla Sagrado Corazón de Sañogasta, donde descansan sus restos. Allí, además de las familias campesinas, participaron adolescentes de confirmación y comunidades vecinas. Juntos renovaron el compromiso con la justicia, la fe y la esperanza.
Al llegar al predio, se bendijo la Puerta Santa, y se abrió simbólicamente un camino de gracia, reconciliación y esperanza para todas las familias que trabajan la tierra.
El obispo de La Rioja, Dante Braida, invitó a vivir este momento como una celebración jubilar, una ocasión para abrir el corazón, que “simboliza el camino hacia una vida que Cristo plenifica, una vida en la que el amor y la justicia se hacen carne. Es un signo de conversión”.
Finalmente, compartieron la Eucaristía, una celebración de acción de gracias, en la que estaba presente la esposa de Wenceslao, Coca, sus hijas y sus nietos. El obispo recordó el testimonio del Beato como una expresión concreta del Evangelio. Hizo mención al sueño de justicia y libertad que animó su vida, e invitó a todos a seguir trabajando por la tierra como un bien material y como lugar de encuentro, de trabajo digno y de realización comunitaria.
