Asia

El cardenal Pizzaballa, desde la parroquia atacada en Gaza: “Lograremos detener esta guerra sin sentido”

| 21/07/2025 - 11:39

El viernes, junto al patriarca ortodoxo Teófilo III, recibió el permiso de Israel para entrar en la franja y llevar “cientos de toneladas” de ayuda humanitaria





Después de que, el pasado 17 de julio, un tanque israelí atacara la Parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, la única católica de la franja palestina, el Gobierno de Netanyahu dijo que se había tratado de “un error” y lamentó que se hubieran causado tres muertos y diez heridos, así como daños estructurales en el templo.



Quizá por ello, 24 horas después, dio permiso para que el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, junto al patriarca griego ortodoxo, Teófilo III, encabezaran una delegación eclesiástica para visitar la iglesia y poder expresar a los fieles “sus condolencias y solidaridad”.

Trabas en Navidad

Un gesto significativo, pues Pizzaballa siempre lamenta las dificultades para que le concedan permisos para entrar en la Franja. De hecho, en Navidad, el purpurado ya quiso visitar la Parroquia de la Sagrada Familia y Tel Aviv trató de impedírselo, aunque, tras la polémica generada, acabó accediendo a ello.

Además, no fue solo que dejaran entrar a los dos líderes religiosos, sino que el Ejecutivo de Netanyahu accedió a diversas peticiones del Patriarcado Latino de Jerusalén y, como explicó este en un comunicado, autorizó “la entrega de asistencia esencial, no solo a la comunidad cristiana, sino también al mayor número posible de familias”. Una ayuda que incluía “cientos de toneladas de alimentos, botiquines de primeros auxilios y equipo médico urgente”.

Además, se prometió “la evacuación de las personas heridas en el ataque a instituciones médicas fuera de Gaza, donde recibirán atención médica”, y se garantizó “la seguridad de la delegación”, optando Israel por “la suspensión de las actividades militares durante la visita”.

Una misa muy especial

A lo largo de todo el fin de semana, desde el viernes 18, Pizzaballa y Teófilo III han protagonizado distintos momentos emotivos junto a los parroquianos (hay 600 fieles refugiados en el templo desde el inicio de la guerra, hace casi dos años, siendo 200 de ellos ortodoxos). Uno de ellos fue la misa que ayer, domingo 20, celebró el purpurado.

En su sencilla homilía, manifestó su “alegría” al poder “estar de nuevo entre vosotros en estos días trágicos. Era importante estar aquí con el patriarca Teófilo para mostrar la unidad de la Iglesia y la solidaridad de todas las Iglesias del mundo con vosotros. Las demás Iglesias de Jerusalén nos tienen un poco de envidia, porque todas querían estar aquí”.

También recalcó la importancia de mirar por toda la comunidad: “Como cristianos, no pensamos solo en los cristianos. Nuestro corazón está abierto a todos. Es importante recalcar esto. Estamos agradecidos por todo lo que hemos podido hacer por vosotros aquí, pero también nos preocupa lo que está sucediendo en Gaza”.

“No os hemos olvidado”

Un horror, el de la guerra, al que urge poner fin: “No os hemos olvidado. Estáis en el corazón de todas las iglesias y cristianos del mundo. Cuando regrese a Jerusalén, os aseguro que haremos todo lo posible para detener esta guerra sin sentido. Trabajaremos en ello y, al final, lo lograremos”.

Mientras, la única luz posible consiste en agarrarse a la esperanza y a la fe: “En este mar de muerte, de destrucción, la vida está presente. Dondequiera que haya alguien dispuesto a dar la vida por otro, Dios está presente. Veo mucha solidaridad; mucha gente dispuesta a dar su vida para ayudar. En este mar de odio y violencia, que es una clara señal del poder del diablo, que está presente y es muy poderoso [justo aquí se oyó el eco de una fuerte explosión], en este mar de violencia, vemos y experimentamos que el diablo, a pesar de su poder, no puede extinguir la vida en nosotros. Por lo tanto, debemos ser fuertes y seguir siendo una presencia viva aquí”.

Pizzaballa concluyó con una llamada a “expandir nuestro amor”, pues, “con el amor de Dios en nosotros, seremos capaces de realizar todo lo necesario” para reconstruir todo lo arrasado. Toda una lección de vida (“cada vez que vengo aquí me voy a casa con la sensación de que aprendí más de lo que di”) para encarnar una certeza final: “Permaneced unidos en Jesús. Todo el mundo os mira. Seguid siendo la luz aquí en Gaza, no solo para vosotros y para Gaza, sino para todos nosotros”.

Fotos: Patriarcado Latino de Jerusalén.

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