Cono Sur

Chile: Miles de peregrinos celebran a la Virgen del Carmen en La Tirana

| 19/07/2025 - 00:05

Decenas de cofradías de bailes religiosos llenaron de colorido y música ese pequeño poblado en el desierto de Atacama





Hasta La Tirana, en pleno desierto de Atacama, a 76 kilómetros al oriente de Iquique, cada año llegan miles de peregrinos a celebrar a la Virgen del Carmen. Este año nuevamente la explanada frente al Santuario recibió también a las decenas de bailes tradicionales que llegaron a dar su homenaje a la Virgen.



La fiesta se inicia la noche anterior con la Solemne Eucaristía presidida por el obispo Isauro Covili, ofm, en la explanada hasta donde se transporta la imagen de la Virgen. Al aparecer en las puertas del santuario fue recibida agitando pañuelos, con música de las bandas y expresiones de amor y gratitud. “Virgen del Carmen, patrona de Chile, contigo caminamos como hermanos y testigos del Señor”, fue el lema entonado por la multitud.

Una vida coherente y creíble

En su homilía el obispo invitó a mirar a María como modelo de fe y humildad, destacando su disposición total a la voluntad de Dios: “María fue proclamada feliz porque creyó en su pequeñez de servidora, en la Palabra del Señor y en su entrega y disponibilidad de pobre”, dijo. Luego, hizo un llamado a la coherencia de vida cristiana: “El hoy de la historia nos reclama una vida coherente y creíble”, exclamó Covili.

“La Iglesia… es un taller de restauración, constituida por pecadores, personas dañadas, en construcción y en restauración”, describió el obispo que animó a resistir espiritualmente las tentaciones del mundo y a no ceder ante prácticas contrarias al Evangelio como la indiferencia o la mentira.

Concluida la Misa, la noche culminó con la bendición final impartida por el obispo Covili y se dio comienzo a un ambiente de oración profunda, con el tradicional silencio que precede la llegada del 16 de julio.

A medianoche, la explanada estalló en júbilo: miles de cirios encendidos y pañuelos en alto saludaron a ‘la Carmelita’ en su día. Entre lágrimas, cantos y alabanzas, la comunidad entonó el himno “Reina del Tamarugal”, iniciando así la jornada central de la Fiesta de La Tirana, con un testimonio vivo de fe, esperanza y amor mariano.

Peregrinos y bailarines

Durante el día de la fiesta cientos de miles de peregrinos colmaron el pueblo que tiene menos de mil habitantes, mientras decenas de cofradías de bailes expresaban su homenaje con sus bandas y danzarines.

Esta festividad está profundamente arraigada en la historia y la identidad del pueblo chileno y se mantiene como uno de los hitos más significativos de la vida católica en Chile.

En el templo Votivo de Maipú, en Santiago, también hubo bailes y música durante la celebración. Además, la presencia de representantes de las fuerzas armadas ya que la Virgen del Carmen fue declarada su Patrona.

Allí, el arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomalí, en su homilía dijo que “María está en el ADN de nuestra vida, y todos quienes tenemos experiencia de madre, reconocemos el valor inmenso que significa ella. Les pido a todos ustedes que seamos agradecidos de nuestra fe, porque no hay nada que estructure más la vida de una persona, que la fe. El mejor servicio que le pueden hacer a sus hijos es transmitirles la fe. El mejor servicio que le pueden hacer a la sociedad es decir, soy católico, creo en Dios, creo en la Virgen María”.

El Cardenal también aludió a los casos de corrupción conocidos en el país: “pidamos al Señor que transforme la corrupción en probidad. Y en ese sentido hermanos y hermanas tenemos una gran responsabilidad: estamos llamados como católicos a ser probos. Estamos llamados a dar ejemplo en nuestra vida. Con nuestra palabra, con nuestro accionar. Por eso desde este lugar patriótico, este lugar religioso como ninguno otro en Santiago, le pido a todos los católicos, especialmente a los que tengan responsabilidades sociales, que pongan sus tinajas delante del Señor para que las convierta en probidad”

La leyenda de La Tirana

Dice la leyenda que los primeros conquistadores españoles, al llegar a este territorio en 1536, traían cautivo al príncipe y sacerdote inca Huillac Huma con su hija Ñusta Huillac. Al cruzar el desierto, cerca del pueblo de Pica, los yanaconas incas huyeron hacia la Pampa del Tamarugal liderados por el príncipe y su hija. En ese bosque, ella organizó la lucha por restablecer el poder de su pueblo provocando temor en los pueblos vecinos. Tanto que la llamaban ‘La Tirana del Tamarugal’.

Un expedicionario portugués, Vasco de Almeyda, perdido en el desierto se encuentra con Ñusta y se enamoran. Cuando esa relación es descubierta, son condenados a muerte. Almeyda, para que su amor dure para siempre, convence a Ñusta Huillac para que se bautice y así estarían juntos para siempre. Ambos son descubiertos en la ceremonia y, asesinados por los nativos. En 1540, el fraile Antonio Rendón encontró una cruz en ese lugar y para homenajear a la pareja construye una capilla bajo el nombre de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana.

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