El activista climático presenta un informe tras el cumplimiento de su pena por participar en el bloqueo de una carretera
El jesuita y activista climático alemán Jörg Alt ha cumplido una pena de cárcel de 25 días en abril de 2025. Una experiencia, tras su condena por parar el tráfico durante una protesta ecológica en 2022, en la prisión de Núremberg que le ha motivado a presentar un informe con toda la problemática que se ha encontrado y le han compartido los miembros del sistema.
El escrito de más de 50 páginas, al que ha podido tener acceso Vida Nueva, denuncia, entre otras cosas, la manipulaciones del personal, la omnipresencia de las drogas o los fallos del sistema en la resocialización de los presos. En el informe refleja las problemáticas que le han trasladado compañeros de prisión, funcionarios y otros expertos en cuestiones penitenciarias. Alt que entró en la cárcel tras rechazar pagar una multa o realizar servicios comunitarios ha sido reconocido en la cárcel como el “capellán del clima” y muchos acudieron a él: “me confiaron sus sufrimientos y me pidieron que se los contara después de mi liberación”.
En la presentación del informe destacó que “mucha gente aquí necesita apoyo psicológico o asesoramiento sobre adicciones, otros necesitan un trabajador de calle y luego tenemos un pequeño remanente que pertenece a la cárcel”. Así, denuncia por ejemplo la acumulación de horas extraordinarias de los funcionarios, la escasa atención médica y otras carencia. “Un preso me contó lo mal que lo pasó tras la muerte de su hijo. Le dieron consulta con un psicólogo, pero el tenor de la conversación fue que no debía pensar tan a menudo en la muerte de su hijo”.
Alt también afronta la cuestión del consumo de drogas en precisión. “Cuando las personas sufren síndrome de abstinencia, cabe preguntarse si están sanas”, apunta el jesuita que reflexiona sobre la atención médica en estos casos y el fracaso de las terapias que se desarrollan. A esto se suma el hecho de en la cárcel no hay “un concepto de resocialización coherente que cumpla los requisitos constitucionales”. “Muchas de las personas con las que he hablado están convencidas de que tal y como va la excarcelación para mucha gente en Baviera ahora mismo, sólo puede ir mal”, lamenta el activista.
Ante este panorama, el jesuita plantea 10 recomendaciones basadas en medidas preventivas, una reforma del derecho penal y más alternativas al encarcelamiento. Reclama mejorar la atención médica y psicológica, ampliación y profesionalización del personal y otras cuestiones.