“Lo cierto es que las palabras no reflejan la gravedad de la situación desde todos los puntos de vista”. Son palabras del cardenal Pierbattista Pizzaballa en una reciente entrevista con Avvenire. En estos días de ataques masivos en Gaza, el Patriarca de Jerusalén recibe cada vez más noticias alarmantes de la parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en el barrio de Zeytun.
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De los mil fieles que se refugiaron al comienzo del conflicto, quedan 54 junto con los tres sacerdotes, las cinco monjas y un centenar de niños discapacitados asistidos por estas últimas. “Las bombas caen cerca y, cada vez, las paredes tiemblan. Entonces, los habitantes de los alrededores reciben órdenes de evacuación. Tienen miedo. Y por eso me llaman: es la única manera que tienen de compartir con alguien lo que están viviendo”, dice el cardenal.
La última ayuda que llegó a la parroquia “fue el pasado 18 de marzo, el último día del alto el fuego”. A pesar de todo, el cardenal señala que aún le asombra “la capacidad de seguir organizando actividades pastorales, formativas y educativas. De no parar. Y me impresionan los niños: son unos cien, tres de los cuales nacieron durante la guerra. Siempre juegan. No sé cómo lo consiguen”.
El papel de los cristianos
En cuanto a la posibilidad, con la intervención de Estados Unidos, de que llegue la paz, el purpurado no tiene muchas esperanzas. “La paz es una palabra exigente. La usaría con moderación: dada la enorme carga de odio, desconfianza y rencor, hablar de paz me parece prematuro”, dice. “Ahora debemos trabajar para crear las condiciones. Abrir caminos que conduzcan a la paz. El primer paso es el alto el fuego. Las partes están mostrando mayor flexibilidad”.
“El gran desafío es crear, poco a poco, una narrativa distinta a la actual, excluyente, que deshumaniza al otro”, añade, subrayando que, en este contexto, los cristianos “deben ser capaces de proponer un lenguaje alternativo, de reintroducir en el debate público términos como persona, dignidad, respeto y escucha. Términos, quizás banales en todas partes. Pero no en estos lugares”.