Este miércoles 2 de julio, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se presentó oficialmente el Manifiesto de los Jóvenes Cristianos de Europa, un documento nacido de “la inquietud, la fe y el impulso misionero” de cientos de jóvenes de todo el continente que buscan renovar el rostro espiritual de Europa y de la Iglesia. “No somos turistas de lo espiritual. Somos peregrinos de sentido”, arranca el texto.
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Con el propósito de “unir a todos los jóvenes cristianos del continente en torno a un solo fuego, un solo Cristo, una sola misión”, el manifiesto se propone como un testimonio generacional de fe. “Venimos con mochilas llenas de dudas, heridas, canciones y esperanza. Y con una certeza en el corazón: Cristo está vivo. Y nos llama”, escriben los jóvenes en un texto que fue definido durante la presentación como “un documento profético” y profundamente europeo, pero sin fronteras. “En un continente que parece haber olvidado su alma, nosotros elegimos recordar”.
Volver a las raíces
“Recordar que fuimos creados para la libertad, que hay belleza en seguir a Jesús, que el Evangelio no es pasado: es fuego hoy, encendido por el Espíritu Santo”, continúan. Por ello, “nos levantamos como generación: no perfecta, no uniforme, no ideológica. Sino humana, sedienta, buscadora, creyente”. “Nos levantamos no para tener el poder, sino para servir, amar, caminar”, aseveran los jóvenes.
“Queremos devolver a Europa sus raíces. Que los caminos hablen de Dios. Que los santuarios no sean solo monumentos, sino lugares de encuentro y transformación”, afirman los jóvenes. “Creemos en una Iglesia viva, joven, sin miedo, capaz de escuchar, de abrir espacios, de confiar en los jóvenes sin domesticar su fe”, proclaman, pidiendo una Iglesia que los acoja con sus luces y sombras, que no tema a su impulso ni a sus preguntas, y que no les dé respuestas prefabricadas, sino caminos reales para el seguimiento.
“Pedimos a la Iglesia que confíe en nosotros. Que nos deje equivocarnos, servir, crecer. Que nos ofrezca caminos reales, comunidades vivas, pastores que caminen con nosotros”, aseveran.
En misión
El documento, redactado en el contexto del Año Jubilar 2025 y de una serie de peregrinaciones que comenzarán en Roma y seguirán hasta Santiago y Jerusalén, es también una invitación al anuncio. “Elegimos caminar. Porque seguir a Cristo no es quedarse quieto. Es dejar la comodidad, el cinismo, el ‘me da igual’. Es ponerse en camino”, escriben los jóvenes.
La evangelización, dicen, no se hará solo con palabras: “Elegimos anunciar. No con discursos vacíos, sino con vidas auténticas. Con música, redes, arte, silencio, presencia. Con una fe que no impone, pero propone”.