En plena asamblea del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana, reunido este miércoles 2 de julio en el Vaticano, el papa León XIV dirigió un saludo a los obispos presentes en el que ha subrayado que la esperanza que “no decepciona”, incluso en medio del drama de la guerra que asola Ucrania desde hace más de dos años.
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“¡Que la paz sea con vosotros!”, abrió el pontífice. Recordando que apenas unos días antes había saludado a “los numerosos peregrinos de la Iglesia greco-católica ucraniana reunidos en la basílica de San Pedro”, León XIV expresó su “alegría” por este nuevo encuentro.
“Ciertamente, en el contexto histórico actual no es fácil hablarles de esperanza a ustedes ni a las personas confiadas a su cuidado pastoral”, afirmó el Papa. “No es fácil encontrar palabras de consuelo para las familias que han perdido a sus seres queridos en esta guerra sin sentido”.
A pesar de esto, León XIV compartió que recibe “numerosos testimonios de fe y esperanza de hombres y mujeres de su pueblo”. Para el pontífice, esos gestos cotidianos de fortaleza espiritual “son una señal de la fuerza de Dios que se manifiesta en medio de los escombros de la destrucción”.
Servir a Cristo en cada persona herida
“Soy consciente de que tienen muchas necesidades que atender, tanto en el ámbito eclesial como en el humanitario”, ha dicho. En este sentido, insistió: “Están llamados a servir a Cristo en cada persona herida y angustiada que acude a sus comunidades en busca de ayuda concreta”.
En una línea profundamente eclesial, León XIV subrayó que la comunión de la Iglesia no se rompe ni siquiera ante el sufrimiento más extremo: “Permanezcamos unidos en la única fe y la única esperanza. Nuestra comunión es un gran misterio: es comunión real también con todos los hermanos y hermanas cuya vida ha sido arrancada de esta tierra, pero es acogida en Dios. En Él todo vive y encuentra pleno sentido”.