Unos 200 cristianos son masacrados por yihadistas fulani en Nigeria

“Fueron quemados vivos, acuchillados y ejecutados con disparos cuando pretendían huir de la masacre”

Unos 200 cristianos son masacrados por yihadistas fulani en Nigeria

Tal y como ha denunciado Ayuda a la Iglesia Necesitada, en la madrugada del 13 al 14 de junio, unos 200 cristianos fueron asesinados en la localidad nigeriana de Yelewata mientras dormían. Un crimen que se achaca a un grupo de yihadistas fulanis, etnia que lleva mucho tiempo perpetrando asesinatos en masa de cristianos.



La matanza se produjo en esta localidad del Estado de Benue, donde “fueron quemados vivos, acuchillados y ejecutados con disparos cuando pretendían huir de la masacre”. Había allí unas 700 personas que, ya huyendo de la violencia, estaban como “desplazadas”. Para atenderlas, la comunidad local las alojaba en “alojamientos temporales” en “la plaza del mercado”.

Previo ataque a la iglesia

De pronto, en plena madrugada, “los radicales irrumpieron gritando ‘Allahu Akhbar’ (‘Dios es grande’)”. Algo que cogió por sorpresa a quienes pernoctaban allí, aunque, “esa misma tarde, la policía había ya repelido a los atacantes cuando intentaban asaltar la iglesia de San José de Yelewata”.

Tras no conseguir su primer objetivo, arrasar el templo, la turba “se dirigió entonces a la plaza del mercado”, donde “utilizaron combustible para prender fuego a las puertas del alojamiento”.

En un primer momento, “los informes iniciales confirmaron que al menos 100 personas murieron en la matanza, que duró unas tres horas, pero los datos recopilados posteriormente por la Fundación para la Justicia, el Desarrollo y la Paz (FJDP), de la Diócesis de Makurdi, estimaron en 200 a las víctimas de la masacre”. El impacto del ataque fue tal que los cristianos allí cobijados y que lograron sobrevivir “huyeron de la ciudad hacia pueblos y aldeas vecinas”, como Daudu y Abagena.

El párroco se salvó

En conversación con ACN, el párroco de Yelewata, Ukuma Jonathan Angbianbee, ha contado cómo él mismo salvó la vida por poco, al tirarse al suelo: “Cuando oímos los disparos y vimos a los radicales, encomendamos nuestras vidas a Dios”. De ahí que dé “las gracias a Dios por estar vivo”.

Horas después del crimen, el sacerdote visitó la plaza del mercado y se quedó profundamente impactado: “Lo que vi fue realmente espantoso. Había gente asesinada. Había cadáveres esparcidos por todas partes”. La FJDP ahonda en ese estupor: “Era una monstruosidad, una visión que nadie debería contemplar. Algunos cadáveres estaban quemados hasta quedar irreconocibles: bebés, niños, madres y padres, simplemente, aniquilados”.

Horas después de la masacre, en el ángelus de ayer, domingo 15 de junio, el papa León XIV mostró su abatimiento por lo ocurrido en Nigeria, en “una terrible masacre en la que unas 200 personas fueron asesinadas con extrema crueldad, la mayoría de ellas desplazados internos acogidos por la misión católica local”.

Además, Prevost aseguró que “rezo para que la seguridad, la justicia y la paz prevalezcan en Nigeria, un país querido y tan afectado por diversas formas de violencia. Y rezo especialmente por las comunidades cristianas rurales del estado de Benue, que son víctimas incesantes de la violencia”.

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