Misa a un año de la desaparición del menor Loan Peña en Argentina

El arzobispo de Corrientes, José Larregain, pidió por su aparición, por la familia y por quienes tienen responsabilidad en la búsqueda y esclarecimiento

Misa a un año de la desaparición del menor Loan Peña en Argentina

“Nos encontramos congregados en esta Misa con profunda tristeza a un año de lo sucedido con Loan. Elevamos nuestra súplica al Buen Padre Dios: pedimos por su pronta aparición, por la paz y fortaleza de su familia, por la sabiduría y guía divina de quienes tienen la altísima responsabilidad de trabajar en su búsqueda y el esclarecimiento del hecho”, afirmó el arzobispo de Corrientes, José Larregain ofm, en la celebración que presidió para recordar al menor de 5 años.



Durante la homilía, y tomando como referencias las lecturas escuchadas, señaló que son fuertes y significativas para la ocasión. En la primera lectura, Amós cuenta cómo lo llamó el Señor y lo envía a profetizar a Israel (Amós 7, 14-15). El arzobispo indicó que se trataba de un hombre sencillo, que hablaba a menudo de los que oprimen al pueblo. Dijo que su discurso era para quienes se sienten cómodos, y hasta ignoran el espíritu de la ley que se expresa en la justicia y misericordia para con los oprimidos. Para ellos, las vidas humanas son una mercancía más, que se compra y se vende.

Amós brinda pautas para vivir la fe, protegiendo a los vulnerados que están expuestos a diversas y variadas formas de explotación: tratar fraternalmente con equidad, generosidad y solidaridad.

Familiares De Loan

El valor de las personas

El Evangelio aborda la parábola que tiene como protagonista a un administrador sagaz. Plantea que las riquezas pueden conducir a la autosuficiencia, a construir muros, al egoísmo, crear divisiones y discriminación. Jesús, al contrario, invita a los discípulos a hacer amigos; a transformar bienes y riquezas en relaciones cordiales, “porque las personas valen más que las cosas y cuentan más que las riquezas que poseen”, indicó Larregain.

El titular del arzobispado de Corrientes agregó que, en la vida, no son los bienes materiales los que dan valor a las personas, sino lo que crea y mantiene lazos vivos, las relaciones y las amistades con diferentes dones que se transformarán en instrumentos de fraternidad y solidaridad.

“Jesús nos asegura que siempre estamos a tiempo para arrepentirnos, cambiar de vida, sanar el mal hecho, hacer el bien y reparar. Que los que han causado lágrimas hagan felices a alguien; que los que han quitado indebidamente, donen y ayuden a los necesitados; a ser solidarios y compartir lo que somos y tenemos.

Además indicó que la virtud teologal de la Esperanza anima a confiar, amar y creer, y recitó: “Aún persiste un rayo, una llama cálida encendida, en la memoria viva, una fuerza bendecida.
La lucha continúa, aunque el camino sea arduo, la esperanza nace cada día, aunque el dolor sea crudo”.

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