Este domingo 15 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, Roma va a acoger un acontecimiento ciertamente extraordinario, pues acogerá la beatificación (lo habitual es que los nuevos beatos asciendan a los altares desde sus países de origen) de un joven laico congoleño. Además, no será en un templo cualquiera, sino en la icónica Basílica de San Pablo Extramuros.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Será una gran fiesta presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, y que, como confirma ‘Vatican News’, también contará con la presencia de varios prelados congoleños, como el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, y Willy Ngumbi, obispo de Goma, diócesis de origen del futuro beato.
Fue secuestrado
Todo un acto de reconocimiento cargado de fuerza simbólica por la importancia del nuevo beato, quien, paradójicamente, murió en el anonimato. Y es que se trata de Floribert Bwana Chui, un joven miembro de la Comunidad de Sant’Egidio que, el 7 de julio de 2007, fue secuestrado en Goma, la capital de Kivu del Norte, por personas no identificadas. Solo dos días más tarde, como detalla en su perfil el portal vaticano, “su cuerpo fue encontrado frente a la Université Libre des Pays des Grands Lacs”. Solo tenía 26 años.
Pero, ¿qué causó el crimen? “Floribert, un joven comisario de la Oficina Congoleña de Control (OCC), el organismo nacional de control de aduanas y mercancías, era responsable de evaluar la conformidad de los productos que cruzaban la frontera oriental de la República Democrática del Congo”. Fiel a su función, “decidió no permitir la entrada a su país de alimentos procedentes de Ruanda que no hubieran obtenido las autorizaciones necesarias para su comercialización y consumo”. Así, quienes tenían intereses en ello no dudaron en ‘eliminar’ al obstáculo a su enriquecimiento ilícito… Por lo que “su negativa a ceder ante la corrupción le costó la vida”.
Consecuencia de su fe
Así lo reconocen “algunos testigos”, que alaban cómo “prefirió morir antes que dejar pasar alimentos que podrían haber envenenado a un gran número de personas”. Es decir, que dio la vida por otros y se convirtió en “mártir”. Hasta el punto de que el papa Francisco, el pasado 25 de noviembre, ya aprobó su beatificación en virtud a esa decencia, que brotaba de su fe cristiana, y le definió como “un mártir de la honestidad y de la integridad moral”.
#Floribert Bwana Chui, el joven de Sant’Egidio asesinado en Goma por negarse a la #corrupción, será beatificado este 15 de junio en Roma.
💬 “Es mejor morir antes que aceptar ese dinero”.
Un testimonio para nuestro tiempo👉https://t.co/FNa2V9A1jm#FloribertBeato #SantEgidio pic.twitter.com/prXkdDGl5h— Sant’Egidio Madrid (@SantEgidioMad) June 9, 2025
En su perfil, ‘Vatican News’ incluye varios testimonios, entre los que destaca el de su madre, Gertrude Kamara Ntawiha, que, pese al dolor, hoy tiene un motivo para sentir una profunda esperanza: “Floribert fue asesinado en nombre de su fe cristiana, por haber rechazado una propuesta de soborno destinada a facilitar la entrada de productos alimenticios que podrían poner en peligro la salud pública en territorio congoleño. Él se decidió claramente por Dios hasta el final y eligió morir para vivir en Cristo”.
De ahí que pida “a los jóvenes congoleños” que “sigan el ejemplo” de su hijo y “no se dejen corromper, sino que sigan los valores del Evangelio”. También se dirige “a las autoridades” de su país, que sufre el horror de la guerra civil precisamente en la región de Kivu, apelando a entregarse hasta el final “por la paz”.