Tras quince siglos de autonomía, el monasterio ortodoxo de Santa Catalina en el monte Sinaí ha pasado a ser propiedad del Estado egipcio, según una sentencia emitida por el tribunal de Ismailia. Tal como informa la Agencia Fides, esta medida ha generado fuertes reacciones y profunda preocupación en el ámbito eclesial e internacional por el futuro del monasterio y su comunidad monástica.
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Fundado en el siglo VI por el emperador Justiniano en el lugar donde, según la tradición, Moisés recibió las Tablas de la Ley, el monasterio ha sobrevivido a siglos de guerras, conquistas y tensiones religiosas. La sentencia, dictada el 28 de mayo, establece la confiscación de todos los bienes del monasterio, que pasan a ser gestionados por el Estado egipcio. A los monjes se les restringe el acceso a algunas propiedades, limitando su permanencia únicamente a fines litúrgicos y bajo condiciones.
El portal especializado orthodoxia.info ha calificado la decisión como “una de las violaciones más graves de las libertades religiosas e individuales de los últimos siglos”, especialmente en un contexto regional marcado por la inestabilidad.
Después de esta decisión, Egipto se ha comprometido este viernes a preservar el “carácter religioso único y sagrado” del monasterio. Y es que, tal como recoge EFE, en medio de la tensión generada por el estatus de este monasterio ortodoxo griego, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, mantuvieron este viernes una llamada telefónica para aclarar la situación, según un comunicado de la Presidencia egipcia.
“La llamada resaltó el compromiso inquebrantable de Egipto de preservar el carácter religioso único y sagrado del Monasterio de Santa Catalina, garantizando que este permanezca intacto”, dijo la Presidencia, que añadió que el compromiso se ve reforzado “por la reciente sentencia judicial”.
Un estatus único
Según el fallo, emitido el miércoles por un tribunal de la provincia del Sur del Sinaí, el Estado egipcio posee la tierra en la que se encuentra el monasterio, mientras que el lugar sagrado “tiene derecho a utilizar esa propiedad pública”.
Ayer, el Ministerio de Exteriores egipcio aclaró que el Monasterio de Santa Catalina y sus yacimientos adyacentes “no se ven afectados” por el fallo, que “representa la primera instancia en la que se ha regulado la situación jurídica del monasterio, con una clara afirmación de la preservación de su carácter sagrado”.
Asimismo, indicó que se ha aprobado el “derecho continuo” de los monjes del monasterio a utilizar las áreas y yacimientos de la región para los que se han firmado contratos con las autoridades locales, mientras que aseguró que la sentencia se refiere también a algunas zonas “remotas, deshabitadas y completamente alejadas del monasterio”.
Sin embargo, finalmente las autoridades egipcias han cerrado el monasterio de Santa Catalina, han confiscado todas sus propiedades anexas junto con el edificio para transferirlas al Estado, y han dispuesto la expulsión de todos los religiosos que vivían allí. Y es que, según aclara Asia News, el monasterio está a punto de ser convertido en un museo por el gobierno de El Cairo. Un golpe de mano que ha afectado gravemente a la comunidad cristiana local, a pesar de las recientes garantías que dio el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi al primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis sobre el destino del edificio.
El jefe de Estado difundió anoche un comunicado en el intento de desactivar la polémica y apaciguar las preocupaciones de los cristianos. “La presidencia de la República Árabe de Egipto”, reza la nota, “reitera su compromiso de preservar el estatus religioso único y sagrado del monasterio de Santa Catalina y de evitar su violación”.