La situación es insostenible. Y una vez más, aquellos de los que depende acabar con ello se lanzan la pelota unos a otros. Desde hace más de seis meses, alrededor de 400 personas sintecho duermen en el aeropuerto de Madrid-Barajas porque no tienen adónde ir ni cómo mantenerse. Lo han convertido en un hogar improvisado.
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La problemática ha generado tensiones entre las distintas administraciones, incluyendo el gestor aeroportuario, el Ayuntamiento de Madrid y la Policía Nacional, que se han atribuido mutuamente la responsabilidad de encontrar una solución.
Uno de los primeros en alzar la voz fue el arzobispo de Madrid, José Cobo, quien aprovechó la fiesta del patrón el pasado 15 de mayo para reclamar a los distintos agentes acabar con la situación.
En concreto, solicitó un mayor “compromiso de la sociedad y de los poderes públicos” para dar “respuestas de humanidad y de justicia” a cuestiones como los “muy serios problemas de vivienda y de acceso a ella”, la “dualidad social” y las “personas en situación de calle, incluso en nuestro aeropuerto”.
Tras las palabras de Cobo, y según se ha ido enquistando el asunto, la Mesa Por la Hospitalidad del Arzobispado de Madrid emitía el 19 de mayo un comunicado en el que reafirmaba su preocupación y pedía “diálogo entre las Administraciones y AENA para resolver la crisis de las personas sin hogar que pernoctan en el aeropuerto”.
“El incremento de personas sin hogar –destacaban– resalta la vulnerabilidad de muchas personas que, por diversas circunstancias, se ven obligadas a refugiarse en lugares como el aeropuerto, buscando la seguridad que no encuentran en las calles de la ciudad”.
Pero desde la entidad van más allá. Pilar Algarate, secretaría general de Cáritas Madrid, señala a ‘Vida Nueva’ que “la situación es un reflejo de una crisis estructural que estamos viviendo”.
“La falta de recursos para dar respuesta a las personas sin hogar y la ausencia de acciones de las administraciones está contribuyendo a que esta situación vaya aumentando”, asegura. Lo tienen claro y así lo están haciendo saber estos días: “Es necesario un diálogo entre las administraciones para asumir la responsabilidad y actuar de forma conjunta para asegurar la dignidad de todos”.
Algarate aclara que desde hace dos años ya se ve un incremento en el número de personas que pernoctan en el aeropuerto, pero la situación ha comenzado a ser más visible “debido a que el número de personas afectadas se ha duplicado”, como “reflejo del deterioro de las políticas de vivienda”.
Parte de la solución más inmediata pasa por asumir la responsabilidad a quien le corresponda, por eso “necesitamos que se sienten a dialogar y establezcan un plan conjunto para garantizar que las personas que se encuentran en Barajas reciban una atención integral: alojamiento adecuado, salud, empleo y acompañamiento social. Además, es fundamental que se cree un pacto formal a largo plazo entre las administraciones”, explica.
Soluciones a medio y a largo plazo
Se trata de un problema que requiere soluciones “a medio y a largo plazo”, para lo que la Mesa tiende la mano a los implicados. De hecho, Alegría revela que han participado en una reunión con las tres administraciones y AENA para presentar el acercamiento puntual que ha realizado la entidad.
En un documento de entidades vinculadas a la Iglesia al que ha tenido acceso esta revista, se concluye que el 38% de las personas que pernoctan en el aeropuerto de Madrid abandona cada día las terminales para acudir a su puesto de trabajo. El 78 % son hombres, y la franja de edad predominante es entre los 45 y los 64 años. El 22 % supera los 65 y más de la mitad está empadronado en Madrid.
El informe, elaborado con diferentes entrevistas, perfila que el 74 % de los sintecho censados son extranjeros, en su mayoría de América Latina. El 13 % afirma no tener documentación legal pero la cifra sube hasta el 39,6% si se incluyen quienes solo poseen pasaporte.