Justicia y Paz Argentina pide diálogo para atender los reclamos de los jubilados

Además, repudió la represión de las fuerzas de seguridad durante las protestas frente al Congreso

Justicia y Paz Argentina pide diálogo para atender los reclamos de los jubilados

La Comisión Nacional de Justicia y Paz, que depende de la Comisión Episcopal de Pastoral Social del Episcopado argentina, emitió un comunicado sobre el tradicional reclamo que los jubilados realizan frente al Congreso Nacional y la represión vivida la semana pasada.



Comenzaron el mensaje con el texto del Salmo 71,9: “No me rechaces en el tiempo de mi vejez” (Sal 71,9), y las palabras pronunciadas por el papa Francisco en la audiencia pública del 1º de junio de 2022: “Toda la sociedad debe apresurarse a atender a sus ancianos -¡son el tesoro!– cada vez más numerosos, y a menudo también más abandonados”.

Después de estas citas, expresaron que ante el reclamo de los jubilados por mejoras en sus haberes, piden que se convoque a todos los sectores representativos de la comunidad para resolver su delicada situación. “El inicio de un diálogo es siempre la mejor respuesta ante un reclamo”, sostuvieron.

La violencia nunca es respuesta

Asimismo, se expresaron en contra de la represión de las fuerzas de seguridad ante la gente que se reúne para acompañar las demandas de los abuelos para afrontar el costo de vida, después de algunas medidas tomadas por el gobierno.

“La violencia nunca es la respuesta ante el ejercicio del derecho a reclamar que reconoce nuestra Constitución”, insistieron. Y aseveraron que esa violencia es más grave si se ejerce contra quienes reclaman por una injusticia grave, como la de reducir los haberes jubilatorios de nuestros mayores”. Agregaron un pedido concreto: que se suspenda toda forma de represión sobre quienes se movilizan y reúnen pidiendo justicia, permitiendo el libre ejercicio del derecho a reclamar.

Para finalizar volvieron a referenciar al Pontífice argentino quien aseguró que “Cuando la sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad” (‘Evangelii gaudium’, 53).

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