“Esto ha sido un reflorecer la vida de la fe”, afirma el vicario de Pastoral de la diócesis chilena
Más de mil personas, la mayoría catequistas de toda la diócesis de Rancagua, se reunieron en la ciudad de Santa Cruz. Cristián Catalán, vicario de Pastoral de la diócesis de Rancagua, confiesa que “queríamos provocar un hecho que les animara y entusiasmara después del período duro que vivimos en la iglesia”.
Esta diócesis fue duramente afectada por la crisis de los abusos, en 2018, con denuncias a varios sacerdotes y diáconos permanentes. Los procesos judiciales, canónicos y civiles, concluyeron con la mayoría de los denunciados sin acusaciones.
Con este encuentro, Catalán se muestra optimista: “Nos hemos dado cuenta que hay un reflorecimiento en la vida de la fe de la gente que está retomando su vitalidad, después de la pandemia y de los acontecimientos de nuestra iglesia nacional”.
El vicario explica que “en el marco de la celebración de los 100 años de la diócesis y del Jubileo 2025 este encuentro se proponía preparar el Jubileo de los catequistas”.
Fueron los mismos catequistas quienes organizaron la actividad que reunió más de 800 catequistas y más de 200 otros agentes pastorales procedentes de todas las parroquias de la diócesis. Llegaron hasta el Instituto Regional Federico Errázuriz, en Santa Cruz, donde tuvieron actividades grupales y una exposición de la encargada diocesana de catequesis sobre “El deber ser del catequista”.
Desde allí salieron en procesión, encabezada por el obispo diocesano Guillermo Vera. La numerosa marcha fue un “testimonio vivo de nuestra fe en las calles del pueblo”, asegura Catalán.
En la parroquia, la conclusión agradecida y entusiasta del encuentro fue la celebración eucarística presidida por el obispo Vera, acompañado por parte del clero diocesano. En su homilía, el obispo destacó el rol fundamental de los catequistas en la transmisión del Evangelio y los animó a continuar su misión con renovada esperanza y alegría.