En el Vicariato de Iquitos, en plena Amazonía peruana, hay mucha gente feliz después de que, el 8 de mayo, León XIV se convirtiera en el sucesor de Pedro tras Francisco. Uno de ellos es el agustino español Miguel Fuertes Prieto, que llegó al país en 1983. Después de haber tratado mucho durante años a Robert Prevost, comparte su “gran alegría por Roberto”. Y está seguro de que va a aportar mucho al mundo, pues “he tenido la oportunidad de trabajar bastante con él. En Trujillo, en nuestro centro de formación, acompañamos a muchos desde las claves de la filosofía y la teología. Compartíamos nuestros sueños y esperanzas, pues iniciábamos un caminar”.
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Una colaboración que no se interrumpió cuando, entre 2001 y 2013, fue el prior general de los agustinos: “Ahí también iniciamos proyectos de formación en Lima o la constitución de la federación agustina en el país”. De ahí que le conste que “el talante de León XIV se basa en el diálogo, la escucha y la acogida de las diversas opiniones, por lo que es claro que va a continuar con la primavera de Francisco. Se va a dejar guiar por el Espíritu Santo y la Iglesia irá hacia adelante con él. Ha viajado por todo el mundo, visitando como superior todas las realidades en las que estamos presentes los agustinos, por los que muchas veces yo bromeaba con él sobre la cantidad de tiempo que pasaba en los aviones… Siempre estaba disponible y, gracias a ello, tiene una visión universal”.
Una orden muy universal y compleja
Volviendo al carisma agustiniano, Fuertes reconoce que “la nuestra es una orden muy universal y compleja. De hecho, recuerdo que una vez me dijo: ‘Prefiero ser prior general que superior de la provincia de Filipinas’, a la que antes pertenecíamos los misioneros de Iquitos. Comentarios que hacía al conocer perfectamente todas las realidades en las que nos movemos, siendo consciente de las problemáticas que tenemos que hacer frente en cada contexto”.
Lo mismo que cuando fue obispo de Chiclayo, entre 2014 y 2023, “y yo era administrador diocesano. Le consultaba todas las dudas y él me contestaba inmediatamente, aunque estuviera de viaje en la otra punta del mundo. Es una persona asequible, amable, cercano, hermano y que se da a todos, sin que jamás se le hayan subido los cargos a la cabeza”.
Habla cinco idiomas
Entonces, “ya nos mostró a todos su capacidad de escucha, como cuando fue formador en el seminario. Para comprobar su legado, solo hay que ver la felicidad de estos días de quienes se han preparado con él”. Sin olvidar “su compromiso al dominar cinco idiomas, lo que facilita su relación directa con todo tipo de personas, ahondando en esa idea de la universalidad”.
Otra clave es que “siempre ha estado interesado por la cuestión social, como demostró en Perú, donde no tuvo miedo de expresar lo que pensaba sobre ciertos gobernantes que hemos tenido o ante situaciones políticas particulares que hemos pasado, mirando siempre desde la perspectiva del pobre y el necesitado”.
Se fajó en la sierra
Su primera experiencia misionera “fue en Chulucanas, en la sierra, en una zona de difícil acceso y donde se viven situaciones de gran dificultad. Él se fajó ahí en sus primeros pasos como sacerdote, expresándolo luego en su etapa de formador”.
Más tarde, cuando dirigió la orden, eso también se manifestó, pues “creó la Comisión de Justicia y Paz y se abrieron casas en sitios donde había una gran necesidad, siendo el partícipe, por ejemplo, del regreso de los agustinos a Cuba, de donde habíamos salido hacía décadas con el castrismo. También sé que, en Roma, estrechó muchos lazos con Sant’Egidio”.
Implacable contra los abusos
Sobre un espinoso asunto, “el que protagonizaron sus detractores al afirmar que no escuchaba a las víctimas de abusos, todos sabemos que la realidad es justamente la contraria, haciendo una gran labor al desnudar lo que ocurría con el Sodalicio”, finalmente disuelto por Francisco.
En ese tema, “él también se ha fajado y ha ayudado mucho a Jordi Bertomeu, el enviado por el Papa a Perú, en la investigación por la que hemos conocido todo lo que ocurría en esa comunidad”. Así, “si le atacaron fuerte, fue por defender a las víctimas y por llegar al fondo de lo que pasaba en ese espacio eclesial”.