Este sábado, 3 de mayo, han redoblado las campanas de la catedral de Albacete porque la diócesis ha cerrado su amplio periodo de sede vacante. Ángel Román Idígoras ha sido ordenado obispo y tomado posesión como séptimo obispo de la diócesis albaceteña. La celebración ha contado con el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves; el nuncio ante la Unión Europea, Bernardito Auza; y el administrador diocesano de Albacete, Julián Ros.

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Peregrino de esperanza

Cerro Chaves, en su homilía, invitó al nuevo obispo a tener siempre presente a los preferidos de Dios: los pobres, los enfermos, los marginados… Al final de la celebración, el nuevo obispo se dirigió a los fieles agradeciendo especialmente la labor del administrador diocesano. “Aprendemos del pasado, escuchamos al presente y proponemos caminos de vida para seguir avanzando, manteniendo ese espíritu de búsqueda”, señaló Román al glosar la historia de la diócesis que ha cumplido 75 años.

Uniéndose al Jubileo 2025 reivindicó que “somos peregrinos de la esperanza viviendo la fe en lo cotidiano, en las fiestas, tradiciones y momentos de encuentro, pero también estando presentes allí donde hay dolor, pobreza o soledad”. Por ello, acudiendo a la oración del año santo, deseó que todos “anunciemos el mismo mensaje y nos sintamos protagonistas de la marcha de esta Iglesia peregrina de esperanza: humilde, abierta, que levanta y se deja levantar, que se fortalece en la comunión y en la oración”.