La Familia Agustino Recoleta ha vivido, en las últimas semanas, un encuentro histórico en Roma. Convocados por el prior general de la Orden, Miguel Ángel Hernández, las distintas ramas de la familia se congregaron en la capital italiana para profundizar en la identidad y misión compartida de esta familia religiosa nacida en 1588. Y es que, tal como subrayaba el prior en su carta de convocatoria, es necesario “vivir internamente la sinodalidad propuesta por la Iglesia antes de promoverla externamente”.
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El encuentro contó con la participación del Prior General y su Consejo, los priores provinciales, vicarios y delegados de todas las provincias, junto con las superioras generales y presidentas federales de las congregaciones y federaciones femeninas vinculadas a la Orden: las Monjas Agustinas Recoletas, las Augustinian Recollect Sisters, las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, las Misioneras Agustinas Recoletas, las Agustinas Recoletas de los Enfermos y la Presidenta Federal de las Comendadoras de Santiago, recientemente asociadas a la Familia Agustino Recoleta.
Un inicio sinodal y creativo
El encuentro comenzó con una dinámica basada en la metodología LEGO® SERIOUS PLAY®, donde los participantes compartieron sus anhelos, frustraciones y sueños para el futuro de la Familia Agustino Recoleta. A través de las piezas de LEGO, se generó una conversación profunda que, en un estilo plenamente sinodal, ayudó a los hermanos a dar los primeros pasos en la construcción del sueño del carisma fundacional.
“No somos gestores de una empresa, somos custodios de unos corazones que Dios ha puesto en nuestras manos”, dijo el prior en una de sus intervenciones. También recordó a los religiosos que San José, patrón de la Orden –y cuya festividad tuvo lugar durante el mes de marzo– fue un soñador, pero no un iluso que vive fuera de la realidad”. A través de los sueños, Dios le reveló su voluntad y, con un corazón abierto, José la abrazó con confianza.
Reflexiones sobre la sinodalidad y el carisma
Los asistentes recibieron, además, la visita de Antonio Botana, religioso de La Salle, quien los invitó a una conversación en el Espíritu. En su intervención, Botana animó a los religiosos a dar un paso audaz: pasar de ser maestros de los laicos a ser también alumnos de ellos, aprendiendo juntos a compartir el carisma del que son custodios.
Participó además la psicóloga mexicana Claudia Díaz, quien abordó el tema del acompañamiento y el servicio de gobierno. Además, fray Javier Monroy y fray Fabián Martín compartieron algunas pautas sobre la actualización del carisma Agustino Recoleto.
El encuentro concluía con una visita al Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo en Genazzano, un momento de oración y renovación espiritual para todos los participantes. Marca, además, un primer paso en el camino sinodal de la Familia Agustino Recoleta, reafirmando su compromiso con un carisma vivido de manera compartida, abierta y renovada. Más allá de estructuras y gestiones, este momento histórico es una llamada a ser hombres y mujeres apasionados, con un corazón inquieto, dispuestos a responder con valentía a los desafíos del presente y del futuro.