Las sanciones impuestas por la Santa Sede al cardenal arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, vinculadas a las acusaciones presentadas contra él en 2018 por abusos siguen siendo “válidas y vigentes”. Con contundencia y celeridad se ha manifestado el Vaticano como respuesta a una carta firmada este sábado por el primer purpurado perteneciente al Opus Dei que buscaba desmontar un reportaje publicado ese mismo día por el diario El País.
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Cuando apenas habían pasado 24 horas del rifirrafe entre el periódico del grupo Prisa y el que ha sido motor de la Iglesia peruana durante décadas, el Vaticano desmiente al clérigo sobre unos abusos que se habrían cometido en los años ochenta. El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, ha confirmado que al cardenal “se le impuso un precepto penal con ciertas medidas disciplinarias relativas a su actividad pública, lugar de residencia y uso de insignias” después de que se aceptara su dimisión como arzobispo de Lima en 2019. Entre los castigos impuestos, el Vaticano recuerda que se encuentra “la obligación de abandonar su país de origen”. De hecho, el cardenal de 81años reside actualmente en Madrid, desde donde firma su carta de defensa que buscaba hacer rectificar al periódico.
Ocasiones puntuales
Además, Bruni remarca que Cipriani firmó y aceptó la medida adoptada. Incluso lanza una apostilla: “Y aunque en ocasiones puntuales se concedieron ciertos permisos para atender peticiones debidas a la edad y situación familiar del cardenal, en la actualidad, este precepto sigue vigente”.
El paso al frente de la Santa Sede subrayando que las sanciones no se han eliminado rebate la misiva del cardenal latinoamericano que, además de sentenciar que “no he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie”, también ratifica que “el 4 de febrero de 2020 tuve una audiencia con el papa Francisco, y el Santo Padre me permitió reanudar mis tareas pastorales”. “Así lo demuestra mi amplia actividad pastoral realizada durante estos años, predicación de retiros espirituales, administración de sacramentos, etc.”, señala en el texto.
El origen de este desencuentro a tres bandas entre el Vaticano, el cardenal y El País, nace de un reportaje firmado por el corresponsal en Roma, Íñigo Domínguez, en el que informaba de que “el primer cardenal del Opus Dei, arzobispo de Lima, fue apartado por el Papa en 2019 tras acusaciones de pederastia”. El comunicador relataba que “Francisco forzó el retiro de Juan Luis Cipriani y le castigó a exiliarse de Perú y no vestir hábitos cardenalicios”. “Este mes, no obstante, ha regresado para recibir una medalla al mérito. La Obra conoció la denuncia en 1983, pero la ignoró 35 años”, añadía Domínguez.