La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), pidió al presidente Donald Trump un sistema migratorio con “soluciones justas y misericordiosas”, por lo que pidió al mandatario trabajar “de buena fe” con los miembros del Congreso “para lograr una reforma migratoria significativa y bipartidista que promueva el bien común con un sistema de inmigración efectivo y ordenado”.
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Esto, luego de que el presidente Trump firmó varias órdenes en perjuicio de los migrantes, entre ellas la de revocación de una medida que impedía las detenciones de migrantes en sitios sensibles como escuelas, iglesias y hospitales.
Las políticas de Trump siembran temor
En ese sentido, a través de un comunicado, el presidente del Comité de Migración del Episcopado estadounidense, el obispo de El Paso, Mark J. Seitz, consideró que las redadas de migración ordenadas por Trump en lugares antes considerados “protegidos”, como escuelas, iglesias y hospitales, generará temor entre las personas y ocasionará que ya no asistan a los mismos.
Para Seitz, prevenir cualquier acceso al asilo y otras protecciones sólo pondrá en peligro a aquellos que son más vulnerables y merecen alivio, al tiempo que empoderará a las pandillas y otros depredadores para que los exploten.
Una afrenta a Dios
Seitz también aseguró que la Iglesia católica no puede soportar la injusticia, y aseveró que el interés propio nacional no justifica políticas con consecuencias que son contrarias a la ley moral.
“El uso de generalizaciones radicales para denigrar a cualquier grupo, como describir a todos los inmigrantes indocumentados como ‘criminales’ o ‘invasores’, para privarlos de la protección bajo la ley, es una afrenta a Dios, que ha creado a cada uno de nosotros a su propia imagen”.
Políticas migratorias inhumanas
El obispo de El Paso consideró que, si bien es de reconocerse el énfasis que ha puesto Trump en la lucha contra la trata de personas, varias de las órdenes ejecutivas firmadas por él esta semana tienen la intención específica de eliminar las protecciones humanitarias consagradas en la ley federal y socavar el debido proceso, “sometiendo a familias y niños vulnerables a graves peligros“.
Y tras expresar que el despliegue abierto de activos militares para apoyar la aplicación de la inmigración civil a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México es especialmente preocupante, el obispo Seitz le recordó a Trump que las políticas que no tienen en cuenta cualquier reclamo humanitario (incluidos los de los niños no acompañados y las víctimas de la trata), han fracasado repetidamente en reducir la migración irregular de manera legal, sostenible y humana”.