Francisco llama a romper las barreras de género en la Iglesia: “Las monjas merecen más oportunidades de liderazgo”

El Papa instó a las superioras religiosas a ser generosas y permitir que las hermanas participen activamente en la toma de decisiones importantes dentro de la Iglesia.

Francisco llama a romper las barreras de género en la Iglesia: “Las monjas merecen más

El Papa Francisco recibió este 22 de enero al consejo de la Fundación Conrad Hilton, destacando su labor al servicio de la dignidad humana y la inclusión social. Durante su discurso, el pontífice agradeció el compromiso de la fundación con los más vulnerables y subrayó la importancia de vivir la compasión, no como un acto superficial, sino como una experiencia de cercanía auténtica.



El Santo Padre comparó el trabajo de la fundación con la parábola del Buen Samaritano, destacando la necesidad de “asumir la fragilidad de los demás, estar cerca de ellos y ayudarles a levantarse”. Francisco insistió en que la única ocasión legítima para mirar a alguien desde arriba es para ayudarle a levantarse.

Reconocimiento a la labor de las monjas

Francisco alabó la visión de Conrad Nicholson Hilton, quien en su testamento destacó la importancia de apoyar a las monjas en su misión de servicio. “Las hermanas trabajan hasta el final, como puedan, siempre cerca de la gente”, afirmó el Papa. También ha pedido superar la mentalidad que considera a las mujeres como “de segunda clase” dentro de la Iglesia, animando a las superioras religiosas a permitir que las monjas asuman puestos de responsabilidad en diócesis y organismos eclesiales.

El Papa también resaltó la necesidad de invertir en la formación profesional y espiritual de las hermanas para fortalecer su labor en las periferias y los márgenes de la sociedad. “El trabajo en las fronteras requiere personas competentes. Su misión es servir a los últimos, no ser siervas de nadie”, afirmó con rotundidad.

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La fundación Hilton con el Papa.

Rompiendo barreras clericales y machistas

El Pontífice señaló avances significativos, como la presencia de mujeres en roles clave dentro de la Curia, pero también instó a una mayor apertura para que las monjas puedan asumir nuevas responsabilidades. “Las mujeres y las monjitas saben hacer las cosas mejor que los hombres, tienen esa capacidad”, aseguró, en un reconocimiento a su liderazgo y capacidad de gestión.

El Papa finalizó su discurso llamando a construir un mundo donde los descartados y marginados puedan convertirse en protagonistas del cambio social. Con su mensaje de compasión, cercanía y ternura, invitó a todos a encender la esperanza en los corazones de los más vulnerables. “Compasión, cercanía, ternura: estos son los tres atributos de Dios. Con estas herramientas, juntos podemos transformar el mundo y vivir como verdaderos hermanos y hermanas”, concluyó el pontífice.

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