“En los primeros 14 días de 2025, ya han llegado a Canarias 2.700 migrantes. Los recursos están saturados en todas las islas”. Es el SOS que dirige a todas las autoridades David Melián, miembro del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Canarias. Y es que, como confirmó semanas atrás la ONG Caminando Fronteras, dirigida por la activista por los derechos humanos Helena Maleno, 2024 se cerró con una cifra devastadora: 10.457 personas murieron ahogadas en su intento por llegar a las costas españolas. Un 58% respecto al año anterior.
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Como detalla a Vida Nueva este abogado especializado en la atención a las personas migrantes, “urge que las administraciones central, autonómica y local dejen atrás la bronca política y apuesten por la serenidad”. Algo en lo que, pese a parecer hoy extremadamente difícil, “soy optimista, pues creo que al final habrá acuerdos ante una necesidad tan urgente. Esta crisis es algo que la ciudadanía ve con sus ojos todos los días y creo que, en general, la sociedad española está a favor de que se ayude a las Islas Canarias a repartir la ayuda a estas personas, pues nosotros solos no podemos. Si hubiera una distribución equitativa, por ejemplo, cada autonomía tendría que atender a 400 menores. Es un esfuerzo, pero es algo posible”.
Más de 2.000 chicos, en la calle
El obispo de Canarias, José Mazuelos, se muestra dolido ante la situación de “los 5.800 menores que hay hoy en centros de nuestras islas. De ellos, cerca de 2.000, al cumplir los 18 años y ser por tanto mayores de edad, son expulsados de esos centros y se ven abocados a vivir en la calle, sin acompañamiento de ningún tipo”. Sin olvidar que, “al ser ya adultos, correspondería al Gobierno central hacerse cargo de ellos”. De ahí su llamada vehemente a “dejar atrás las peleas políticas, sentirnos todos implicados y buscar el bien común. Canarias, sola, no puede. Nos vamos a asfixiar”.
Mientras se desatasca la batalla política, Melián destaca que “en la Iglesia local estamos haciendo todo lo que podemos en la medida de nuestras posibilidades: ofrecemos a muchas personas asesoría jurídica y acompañamiento a la hora de cumplimentar trámites administrativos. Además, en aulas, parroquias y espacios pastorales, impulsamos una sensibilización sobre esta cuestión, removiendo conciencias y promoviendo una cultura de la acogida y la solidaridad”. Sin olvidar “el compromiso de Cáritas y de muchas congregaciones religiosas, que están cediendo espacios propios para acoger a personas que lo necesitan”. Y algo clave: “La escucha… A veces, lo que más necesitan es compartir lo que tienen dentro en un ámbito de confianza”.
Dejar a un lado la política
Con todo, saben que cuentan con un aliado clave: Francisco. Y es que el Papa, como ha hecho a lo largo de todo su pontificado, no deja de interpelar a la sociedad (y a la Iglesia) para reavivar la conciencia de que no puede mirarse para otro lado ante el sufrimiento de las personas migrantes, siendo una tarea de todos responder a su necesidad y ofrecerles una acogida real. En este sentido, Mazuelos expresa en alto un sueño compartido por muchos: “Sería fundamental que Francisco pudiera viajar a Canarias. Muchos se pondrían las pilas y tratarían de buscar soluciones. Si viniera aquí, la suya sería una puerta abierta al bien común y una llamada a trabajar, a dejar a un lado la política y a ser conscientes de que esto es algo que nos interpela a toda Europa”.
En clave espiritual, para el prelado, esa presencia de Bergoglio, “vivida además en el contexto del Jubileo, nos regalaría una luz de esperanza para comprometernos a realzar la humanidad”. Algo de lo que él mismo es testigo cada día “al ver el compromiso de la pastoral migrante o de Cáritas, así como el de tantas personas y comunidades que simbolizan una Iglesia viva, santa, fuerte, entregada y dispuesta a todo por los demás”. Un Evangelio encarnado que emerge “frente a un Atlántico que se ha convertido en un gran cementerio”. Así, para que la última palabra no la tengan la muerte y la injusticia, “son muchos los que ofrecen su fe y su apuesta por la dignidad humana, siendo voz de los sin voz”.