Días difíciles viven los venezolanos en medio de un clima para muchos “enrarecido” toda vez que Nicolás Maduro ha escalado el caso de las elecciones presidenciales del 28 de julio al Tribunal Supremo de Justicia, afín al chavismo.
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Han llamado a comparecer a todos los candidatos y líderes opositores, entre estos, Edmundo González Urrutia, quien ha sacado más del 70% de la votación, según las cifras que arrojan las actas de escrutinio suministradas por testigos de la plataforma que lo apoya.
Mientras tanto el gobierno chavista sigue sin presentar las pruebas de los resultados, en la página web del Consejo Nacional Electoral, de su anunciada victoria.
Por ello, los obispos venezolanos han pedido una vez más transparencia, que se respete el resultado porque “desconocer la voluntad popular es ilegal y éticamente inaceptable” y, además, señalaron que se debe “respetar la soberanía del pueblo expresada a través del voto”.
Los propios gobiernos aliados a Maduro como Colombia, Brasil y México han pedido que se muestren las actas. Por ahora, la represión arremete y cualquier denuncia contra el gobierno es considerado un acto de sedición.
Cesar la represión
Frente a este clima de incertidumbre y miedo, los prelados demandan que las autoridades respeten los derechos humanos, consagrados en la Constitución y leyes internacionales, y cesen la represión.
También, echando mano de la declaración del papa Francisco, Dignitas infinita, han pedido que se respete la dignidad de las personas que han salido a expresar su descontento pacíficamente.
El régimen insiste que los más de 2000 detenidos son terroristas, pero estas declaraciones contrastan con los miles de videos en los que se evidencia el abuso de los cuerpos militares y policiales.
Por lo que rechazaron “el uso de la violencia en las manifestaciones públicas, la presencia y actuación junto a cuerpos policiales de civiles armados como mecanismo para disuadir la realización de la protesta pacífica ciudadana”.
Lamentaron asimismo “las restricciones a la libertad de expresión y movilización, las detenciones o allanamientos arbitrarios, el encarcelamiento de personas, muchas de ellas menores de edad, sin el debido proceso”.
“Todos los órganos del Estado están llamados a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República”, añadieron.
Vivir en paz
Los obispos han expresado sus condolencias a las familias que “lloran por los fallecidos y heridos, a quienes acompañan “en el dolor”.
Además se han mostrado cercanos por quienes “viven la angustia de no conocer la ubicación de los detenidos, o la constante inquietud de ser perseguidos por defender sus convicciones y posiciones políticas”.
“Los venezolanos queremos vivir en paz y en democracia. Los organismos ciudadanos actuando de modo imparcial, conforme a lo establecido en nuestro ordenamiento legal, deben hacer relucir la verdad y la justicia sobre las que se fundamenta la convivencia social”, finalizaron.