Obispos chilenos ofrecen una mirada cristiana a la migración

En un documento de trabajo llaman a resolver la situación de quienes están en condición irregular

Obispos chilenos ofrecen una mirada cristiana a la migración

El Comité Permanente del Episcopado chileno ha hecho público el documento: ‘Fui forastero y me recibieron (Mt 25,35). Una mirada cristiana a la migración’ en el que los obispos piden a las autoridades que “favorezcan estrategias eficaces que permitan la regularidad migratoria de las personas que hoy están en condición irregular y no tienen problemas penales o delictuales”.



Los obispos agradecen el trabajo hecho por organizaciones de iglesia, hace algunas décadas, con los inmigrantes; destacan, además, la acogida de las parroquias “como ayuda social, pero también como comunidades de vida cristiana en la que los migrantes se integran para vivir su fe, aportando allí sus dones y tradiciones”.

Iluminar la realidad social desde la fe

El texto, de 55 páginas, se presenta como documento de trabajo para “contribuir a una mirada cristiana del fenómeno migratorio”, como afirma el obispo secretario general del episcopado, Sergio Pérez de Arce, arzobispo electo de Concepción, en su presentación. Agrega que abordan este tema “no sólo por la permanente preocupación que tiene la iglesia de iluminar la realidad social desde la fe, sino también por la evidencia de que entre los chilenos ha crecido, en el último tiempo, una opinión desfavorable hacia la migración”.

En su primera parte, los obispos afirman que en el país viven 1.625.074 inmigrantes de los cuales “el grupo de mayor preponderancia lo componen personas entre 30 y 34 años”. Además, hay “un número menos preciso de personas en situación irregular con ingreso por paso no habilitado” de las que 181 mil han sido empadronadas, habiendo un número desconocido que optó por no empadronarse.

Citan resultados de encuestas cuyos resultados dicen que un 76% tiene relaciones positivas con migrantes, un 79% no ha tenido relación negativa con ellos. Agrega el texto que “cuando se constatan irregularidades en el ingreso al país, o cuando la informalidad laboral aumenta o se mantiene por largos períodos de tiempo facilitando así la comisión de delitos, la población se alarma y se genera una percepción más negativa del hecho migratorio”.

Migrantes Iglesia Chile Junio 2024

Situaciones preocupantes

Abordan, luego, tres “situaciones preocupantes”: el marco jurídico, renovado en 2021, en el que mencionan la difícil situación de los inmigrantes irregulares; la relación migración, criminalidad y política, en la que señalan bandas de origen foráneo de carácter internacional que “ha agudizado el problema delictual en Chile, donde destaca desde hace años el narcotráfico”; y la migración y el empleo, en la que apuntan a hechos que dificultan la regularización de los inmigrantes que se ven “obligados a aceptar condiciones laborales en muchos casos injustas, sin contrato formal, con salarios debajo del promedio y sin previsión”.

Ante la situación laboral los obispos llaman a adoptar “nuevas medidas que apunten a la vinculación armónica entre la formalidad laboral y la situación migratoria”.

Ante el aumento de la criminalidad y su relación con la migración afirman que “los caminos de salida no se hallan en expresiones de intolerancia, sino que medidas justas”, agregando que no son suficientes medidas policiales o de mayor control. Postulan adoptar medidas de integración y revisión de los procesos de regularización de los inmigrantes.

Acoger, proteger, promover e integrar

En su segunda parte, el documento ofrece una rica reflexión sobre la migración en la Biblia, en la vida de Jesús y en el testimonio y magisterio del Papa Francisco, deteniéndose en sus 4 verbos propuestos en 2018: acoger, proteger, promover e integrar.

El documento concluye con “caminos de acción” que recogen la experiencia acumulada en la iglesia en la atención e integración de inmigrantes, reconoce la labor de muchos organismos dedicados a ello, destacando el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) y reitera el impulso a promover una mirada más integral del fenómeno migratorio ya hecho en las Orientaciones Pastorales del Episcopado, actualmente vigentes.

Este documento de trabajo ofrece, en anexo, una pauta para reflexionar y trabajar en grupos sus contenidos, en un proceso de 3 sesiones.

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