Doctrina de la Fe recuerda que los católicos tienen “prohibido” ser también masones

Citando una declaración suya de 1983, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha recordado este 15 de noviembre que “la pertenencia activa a la masonería por parte de un fiel está prohibida, debido a la irreconciliabilidad entre la doctrina católica y la masonería”.



El mensaje del dicasterio, firmado el día 13 por su prefecto, el cardenal Víctor Manuel Fernández, y que cuenta “con el visto bueno del papa Francisco”, llega como respuesta a una pregunta del filipino Julito Cortes, obispo de Dumanguete, quien escribió a Roma mostrando su “preocupación” por “la situación en su diócesis”, debido al “continuo aumento del número de miembros de la masonería”.

Una estrategia coordinada

Además de la tajante respuesta al obispo, donde se recuerda que no se puede ser católico y masón, Doctrina de la Fe solicita a la Conferencia Episcopal de Filipinas que impulse “una estrategia coordinada entre los distintos obispos” para responder a esta realidad.

La misma debería incluir “dos enfoques”. El primero, el doctrinal, por el que se zanja que no es aceptable la posición de “quienes, formal y conscientemente, estén inscritos en logias masónicas y hayan abrazado los principios masónicos”. Lo mismo, claro, es atribuible “a cualquier clérigo inscrito en la masonería”.
El segundo enfoque, de carácter “pastoral”, invita a los obispos filipinos a “llevar a cabo una catequesis popular en todas las parroquias sobre las razones de la irreconciliabilidad entre la fe católica y la masonería”.

Otro Código de Derecho Canónico

Como explica Vatican News, la declaración de Doctrina de la Fe de noviembre de 1983 “se publicó en vísperas de la entrada en vigor del nuevo Código de Derecho Canónico. El Código sustituía al de 1917 y, entre las novedades señaladas (por algunos con satisfacción, por otros con preocupación), estaba la ausencia de la condena explícita de la masonería y de la excomunión para sus afiliados, presente en el antiguo texto”.

En este sentido, “la declaración, firmada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger y el secretario de la congregación, Jérôme Hamer, y aprobada por Juan Pablo II, reiteraba que los católicos afiliados a logias masónicas se encuentran ‘en estado de pecado grave’”.

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