Antonio Ávila: “Necesitamos recuperar una dimensión más pastoral de nuestro ministerio”

Antonio Ávila

Cada vez hay menos sacerdotes y de mayor edad, lo que agrava su estado de ánimo y su agotamiento vital. Para tratar de dar respuesta a este complejo momento, Antonio Ávila Blanco (Madrid, 1950) acaba de publicar El cansancio del clero (PPC), un libro que aborda desde muy diversas perspectivas una situación que constituye ‘Un reto para hoy y para el futuro‘. De entrada, el que fuera director y profesor del Instituto Superior de Pastoral (Madrid) reivindica que “los presbíteros abordemos seriamente una renovación en la forma de entender y desarrollar nuestro ministerio”.



PREGUNTA.- El clero está cansado. ¿Por desgaste o por hastío?

RESPUESTA.- El problema del envejecimiento del clero y su falta de relevo generacional es evidente; no lo es tanto interpretar las causas de su cansancio. No somos un colectivo homogéneo, gracias a Dios, sino muy plural, con situaciones personales, vocacionales, pastorales… muy diferentes. Hay cansancios por el desgaste pastoral y también aquellos que nacieron cansados incluso antes de ponerse manos a la obra. Cansancios motivados por la ilusión y la entrega pastoral, mientras que otros tienen como razón última el hastío de un ministerio que ha perdido su sentido. De todo hay en la viña del Señor, aunque quiero creer que hay más de lo primero que de lo segundo. (…)

Soluciones al problema

P.- ¿Cuenta la Iglesia con suficientes herramientas para hacer frente a esta situación actual del clero?

R.- Una situación compleja no debe llevarnos a la búsqueda de una única solución al problema. Deberemos actuar en direcciones complementarias, que podríamos incluir en lo que el papa Francisco llama “conversión pastoral”, y que supone la sinodalidad, caminar juntos. Para ello, no solo es necesario reconocer la mayoría de edad de los laicos, como venimos proclamando desde el Concilio Vaticano II, sino la articulación de comunidades en las que sus miembros se sientan corresponsables de la marcha de la Iglesia, y avanzar hacia cauces y órganos efectivos de esa corresponsabilidad.

P.- ¿Por dónde pasa la necesaria renovación del ministerio presbiteral?

R.- No todo se resuelve con cambios estructurales ni con la ayuda inestimable de tantos laicas y laicos, que se sienten agentes de pastoral y actúan en consecuencia. Es necesario que los presbíteros abordemos seriamente una renovación en la forma de entender y desarrollar nuestro ministerio. Necesitamos recuperar una dimensión menos sacral y más pastoral de nuestro ministerio. (…)

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