Organizaciones eclesiales de Ecuador plantan cara contra la explotación petrolera en los reservorios de Yasuní y el Chocó andino

  • Alegan que “después de más de 50 años de explotación petrolera en la Amazonía, la desnutrición crónica infantil continúa en primer lugar a nivel nacional”
  • Argumentan que el extractivismo petrolero atenta contra el bien común, toda vez que “el medio ambiente es patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos”

Cáritas Ecuador, la Red Eclesial Panamazónica (Repam), la Red nacional de pastoral ecológica, Signis Ecuador, el movimiento Sin Fronteras y el Movimiento Laudato Si’ han plantado cara contra la explotación petrolera en el parque nacional Yasuní y en el Chocó andino con un contundente llamado: “Digamos sí a la vida”.



El Yusuní, considerado el ‘arca de Noé’ del Ecuador, “alberga a millones de formas de vida animal y vegetal, con bosques, ríos y lagunas que forman un paisaje único en el mundo, que no sucumbió ni siquiera en la “era del hielo”.

Mientras que el Chocó andino, ubicado en Pichincha, “es también un paraíso de biodiversidad, declarado por la Unesco como la séptima biosfera en Ecuador, que aloja los últimos bosques y ríos limpios de Quito”.

Es que el gobierno ha adelantado una política extractivista feroz que atenta contra comunidades indígenas y estos principales reservorios ecológicos del país, por ello, hacen un llamado a las comunidades y a la ciudadanía a que “no nos engañen con falsas promesas, diciendo que las explotaciones petroleras y mineras van a sacarnos de la pobreza”.

“Después de más de 50 años de explotación petrolera en la Amazonía, la desnutrición crónica infantil continúa en primer lugar a nivel nacional, la educación en niveles precarios, sin Universidad, la vida de nuestros pueblos no ha mejorado, seguimos cada vez más pobres y con nuestros derechos violados”, han dicho.

Un bien colectivo

Apelando a los preceptos de la encíclica Laudato Si’, las organizaciones argumentan que el extractivismo petrolero atenta contra el bien común, toda vez que “el medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos”.

“Quien se apropia de algo es sólo para administrarlo en bien de todos. Si no lo hacemos, cargamos sobre la conciencia el peso de negar la existencia de los otros”, sostienen.

Por tanto, “digamos SÍ a la vida de todas las criaturas de Dios. Escuchemos las orientaciones del Papa Francisco en Querida Amazonía: «No es sano que nos habituemos al mal, no nos hace bien permitir que nos anestesien la conciencia social mientras una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región […] pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas»”.

“Unidos como hermanos y hermanas en Cristo, con esta reflexión queremos reafirmar nuestro compromiso con el SÍ A LA VIDA y por eso nuestra respuesta es SÍ a mantener el petróleo en el subsuelo del Yasuní y SI defender el Chocó Andino del extractivismo minero.

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