Los salesianos de Jartum piden a las dos facciones enfrentadas que cesen la lucha

Vientos de guerra civil en Sudán, donde, desde el 15 de abril, ya hay más de 400 muertos y 3.500 heridos

Sudán

La sombra de la guerra civil se vuelve a cernir sobre Sudán, un país, como otros en África, marcado por el terrible legado del colonialismo (en este caso el británico), por la histórica influencia del poderoso vecino Egipto y por la división étnica. Si ya en 2011 la tensión acabó con la ruptura del país y el surgimiento como nación independiente de Sudán del Sur, el último episodio se vive estos días en la capital, Jartum, dejando ya un rastro terrible: más de 400 muertos y unos 3.500 heridos.



Como explica a Vida Nueva la comunidad salesiana local, “el conflicto comenzó el 15 de abril, a las 9:30 de la mañana, cuando se dieron los primeros choques entre el Ejército, dirigido por Abdel Fattah al-Burhan, y la fuerza paramilitar RSF, encabezada por el comandante Mohamed Hamdan Dagalo”.

Aliados hasta hace poco

Y es que, aunque “ambos habían sido aliados hasta hace poco y trabajaron juntos para, en 2019, derrocar al expresidente Omar al-Bashir, desempeñando también un papel importante en el golpe militar de 2021”, todo se rompió en los últimos meses. Así, “las tensiones surgieron durante las negociaciones para integrar las RSF en el ejército, como parte de los planes para restaurar el Gobierno civil”. Y ahí llegó el gran obstáculo: “El dilema era quién estaría subordinado a quién bajo la nueva jerarquía. Así comenzó una lucha por el dominio”.

Como recuerdan los salesianos de Jartum, “durante el conflicto de Darfur, a principios de los años 2000, Dagalo era el líder de las tristemente célebres fuerzas Janjaweed de Sudán, implicadas en violaciones de los derechos humanos y atrocidades. Pero el ex presidente Bashir formalizó el grupo en fuerzas paramilitares conocidas como Unidades de Inteligencia Fronteriza. En 2007, sus tropas pasaron a formar parte de los servicios de inteligencia y, en 2013, el propio mandatario creó las RSF, dirigidas por Dagalo”.

Cambio de alianzas

Otro giro en la historia se dio “en 2019, cuando el líder paramilitar se volvió contra Bashir. Y eso que, justo antes, sus fuerzas abrieron fuego en Jartum contra una sentada que protestaba contra el presidente y clamaba por la democracia, matando a algunos civiles”.

Mientras las delegaciones diplomáticas suspenden su servicio y evacúan a sus ciudadanos, los hijos de Don Bosco lamentan la incertidumbre: “Dagalo cuenta con unos 70.000 efectivos, mientras que el ejército tiene entre 210.000 y 220.000 soldados. Pero no está claro dónde y cuándo terminarán los combates, pues ambos grupos están bien armados y son experimentados”.

No pierden la esperanza

Eso sí, no pierden la esperanza: “Rezamos para que la sensatez prevalezca en ambos bandos. Rezamos para que las tan esperadas aspiraciones de paz y seguridad del pueblo sudanés lleven a los líderes de estos grupos a sentarse juntos y negociar el fin de sus hostilidades y a trabajar arduamente para allanar el camino hacia la paz y la seguridad”.

En espera de que eso ocurra, la comunidad religiosa ha descrito a Misiones Salesianas cuál es la situación en la capital: “No hay electricidad ni agua en muchas partes de la ciudad. Las tiendas están cerradas y los alimentos ya escasean. Por miedo, muchos están saliendo de la ciudad hacia las zonas rurales”.

En medio del conflicto

Como confirman a Vida Nueva, la situación les ha afectado de un modo especial: “Nuestro Centro de Formación Profesional de San José, donde nos encontramos los religiosos, nos sitúa en pleno epicentro del conflicto, ya que estamos a cinco kilómetros del aeropuerto, a cuatro del palacio presidencial y a tres de los barracones de RSF. La lucha se inició cuando estábamos en la asamblea, a primer hora. Escuchamos disparos y bombas, por lo que tuvimos que cerrar la escuela, devolviendo a nuestros 500 alumnos junto a sus familias. Hubo un grupo de 25 que al día siguiente seguían con nosotros, pero los pudimos evacuar en un taxi. Afortunadamente, pues ese día el colegio sufrió daños en varias aulas”.

La segunda comunidad salesiana es la parroquia de San José, a 15 kilómetros de Jartum. Y la tercera, en Elobaid, a 650 kilómetros, es el Centro de Formación Profesional Don Bosco, “que se vio afectado hace tres días”. Las condiciones son difíciles: “Los salesianos estamos alojados con la gente. Actualmente, hay un corte de luz de casi seis días y va a ser el séptimo día. No hay comida, intentamos arreglárnoslas con lo que tenemos”.

El mayor peligro

Pese a todo, los salesianos rezan para que el conflicto no se extienda a otras regiones, pero ya observan cómo está llegando “a Elobaid, a Marwi y a Al-Fasha”. De generalizarse temen que, ya sí, se encienda la mecha de la guerra civil. Otra más.

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