Presidente de los obispos mexicanos llama a desoír a quienes piden una Iglesia más agresiva contra el gobierno

El arzobispo Rogelio Cabrera pide a sus hermanos en el Episcopado tener cuidado y no caer en una actitud combativa “haciendo caso al canto de las sirenas”

Este 17 de abril inició la 114 asamblea plenaria de los obispos mexicanos en su sede del Lago de Guadalupe, en el Estado de México. En su mensaje inaugural, el presidente de los obispos, el arzobispo Rogelio Cabrera López, hizo un llamado a atender los conflictos que pudieran generarse con las autoridades civiles con “lucidez evangélica y discernimiento sereno”.



“Hay que tener cuidado, pues podríamos correr el riesgo de asumir una actitud combativa, haciendo caso al canto de las sirenas entonado por algunos grupos exigiéndonos ser más agresivos en contra de las autoridades civiles, o bien utilizar las redes sociales, más para exponer nuestro punto de vista personales y menos para proclamar la palabra de Dios”.

Y es que -explicó el también arzobispo de Monterrey- son muchos los problemas que se viven en el país y que expresan serios desafíos para la Iglesia: la pobreza, la conflictividad social y política, la violencia, e incluso, el proceso electoral para elegir al presidente de la República en el 2024.

Ser promotores de paz

Rogelio Cabrera consideró que, como promotores de paz, los obispos tienen un gran ejemplo en el papa Francisco, quien, con ánimo decidido y valentía, ha hecho llamados a la paz a los que viven en guerra en Ucrania, en Siria y demás naciones de la tierra.

“Él nos pide insistentemente que hagamos oración y tomemos conciencia de que las guerras son un mal y en ellas perdemos todos, especialmente los niños y los pobres”, dijo.

El arzobispo Cabrera pidió a los obispos tener claro que, en medio de la atmósfera de desconcierto incertidumbre que se vive en el país ante los brotes de violencia en muchos ámbitos, están llamados a ser promotores de paz y a caminar juntos.

“Estamos ante la exigencia de no acobardarnos y ser valientes, pero no conflictivos; arrojados, pero sin provocaciones innecesarias; firmes en nuestros señalamientos, pero cuidándonos de no ofender a nadie; portavoces de nuestros fieles, pero sin buscar el protagonismo y los reflectores“, abundó.

Labor social de las comunidades

Por ello, llamó a sus hermanos obispos a recuperar el coraje profético que exige su ministerio: “anunciar los valores del reino, al tiempo que señalamos y denunciamos lo que se opone a ellos como la bajo la mirada de Cristo redentor”.

También les recordó que la Iglesia no puede entender la paz simplemente como la falta de conflictos o el sosiego que provoca una aparente inexistencia de problemas, pues esta es una “paz barata”, que no tiene nada que ver con la ofrecida por Jesús.

Por ello -concluyó- los obispos están llamados a ser más inteligentes y menos viscerales, más astutos y menos explosivos. Pero también valientes para resistir las hostilidades que día a día los abruman.

Durante su participación en la asamblea de los obispos, el nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri, les pidió seguir analizando el contexto social y político para comprender mejor la evolución de ciertas realidades “las respuestas que pueda ofrecer cada Iglesia local y desde la propia conferencia episcopal”.

“Quiero darles nuevamente las gracias por la gran labor social que sus comunidades cumplen en favor de la defensa de los derechos y la dignidad de las personas humanas”. agregó.

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