¿Jugamos a la Última Cena?

La empresa líder de los juegos de mesa ha comprado a una profesora de Religión ‘Ierusalem Anno Domini’

Hay dos cosas que fascinan a Carmen G. Jiménez: Jesús y los juegos de mesa. Dos pasiones que ha visto concentradas en su nuevo proyecto: ‘Ierusalem Anno Domini’, un juego de mesa sobre la Última Cena que este 1 de abril será presentado oficialmente en la iglesia de Sant Miquel de la Seu d’Urgell (Lleida) durante el Festival del Joc del Pirineu.



Pocas veces una propuesta como la elaborada por esta profesora de Religión en Huelva ha llamado tanto la atención de una empresa internacional líder en el sector de los juegos de mesa como es Devir. Pensado para hasta cuatro jugadores, es posible que pueda trasladarse antes de que acabe al año al aula con las necesarias adaptaciones. Mientras, ya está vendida la licencia a países tan remotos como China o Japón.

Como “auténtica jugona”, Jiménez vio la necesidad de “tener juegos de temática religiosa para sentar a toda la familia en torno a un tablero y hablar con normalidad”. Algo que conoce muy bien, ya que en 1998 comenzó a dar clase de Religión en secundaria, algo que ha ido conjugado con una serie de iniciativas empresariales muy variadas como la fundación de una agencia de turismo local o el montar una academia de informática al frente de la que ha estado 15 años.

A esto se unió, en 2015, el unirse a la asociación onubense Mentes Hexagonadas de juegos de mesa. A partir del descubrimiento de este mundo comenzó a surgir en su cabeza la idea de crear una propuesta en torno al mensaje de Jesús de Nazaret. Una idea que se ha fraguado en ‘Ierusalem Anno Domini’, un juego del llamado estilo Eurogame aunque con alguna particularidad que ha sorprendido incluso a la gente del mundillo.

Nacido en pandemia

Todo empezó tras la pandemia. Jiménez comenzó a ponerse en serio con un juego pensando en todos aquellos que ya no van a las parroquias y no conocen el mensaje de Jesús. Así, llegó con un prototipo con el que ganó el primer premio en la feria Meeple Factory de Granada y, un mes después, atrajo la atención de Devir al ser clasificada para el Festival DAU de Barcelona. Uno de los editores de la empresa, David Esbrí, se acercó lleno de escepticismo. Al verlo ya con más atención, quedó fascinado con un juego que entonces había pasado de llamarse escuetamente Jesús de Nazaret a Rex Pacis.

De ahí se abrió un proceso en el que se ha enriquecido con los diseños del vallisoletano Enrique Corominas y del nigeriano LA Draws, alternando el realismo románico con un fuerte colorido. Esbrí, auténtico cazatalentos de nuevos autores de juegos, lo define como “una apuesta”. Y “la respuesta que estamos teniendo desde la comunidad está siendo espectacular y eso que es un público que en su mayoría es refractario con todo lo religioso”, añade. De hecho, el propio editor se ha implicado creando algunos de los diseños.

Los jugadores van a “conocer a alguien fascinante con sus aspectos”, ya que tiene muchas vertientes, como que el tablero sea una mesa de cena, la importancia de las parábolas o la original mecánica de hacer favores –algo necesario para puntuar– hasta que “el juego termina con el sanedrín airado contra Jesús cuando este tiene más seguidores y se le condena a muerte”. Para ello han de colocar antes a todos los apóstoles en la cena, entregando cada uno sus panes y sus peces. Ahora se abre el momento de las ampliaciones y la distribución internacional, puesto que en los diferentes foros del sector ha fascinado esta propuesta en la que una y otra vez se puede profundizar en el mensaje de Jesús a golpe de fichas y cartas.

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