Soledad González: “La Iglesia debe reconocer la desigualdad existente entre hombres y mujeres”

Soledad González, directora de la Fundación Luz Casanova

En 1924, Luz Casanova fundó la Congregación de las Apostólicas del Corazón de Jesús. Casi un siglo con los más vulnerables que en 2007 dejó un gran fruto en la Fundación Luz Casanova, que pone el foco de un modo especial en las víctimas de la violencia de género. Les ofrecen hogares seguros para ellas y sus hijos si carecen de recursos o están atrapadas en relaciones de fuerte dependencia hacia hombres que las maltratan. Sobre ello nos habla Soledad González, directora de la entidad.



PREGUNTA.- ¿Perciben una evolución en el perfil de las mujeres acompañadas y en el de los hombres que buscan atarlas desde la violencia?

RESPUESTA.- No existe un perfil específico de mujeres víctimas de violencia de género ni de hombres maltratadores. Son tantos los factores que condicionan esta realidad que es muy difícil establecer unos perfiles concretos. Pero sí ha habido un cambio social. Hace años, se consideraba como violencia intrafamiliar, que se producía en el interior de la familia y que era un tema privado. Hoy, afortunadamente, es un asunto público, un problema social que debe ser abordado desde los distintos ámbitos para su erradicación.

La formación, clave

P.- Trabajan mucho en materia de prevención, especialmente con jóvenes y sus familias, para que sean conscientes de que están en relaciones tóxicas. ¿Esta lacra aflora cada vez más en edades tempranas?

R.- Los jóvenes y adolescentes reciben constantemente mensajes que perpetúan modelos de relación machista basados en la desigualdad, el abuso y la violencia. Estos modelos, al ser los más frecuentes, son los que tienden a replicar en sus primeras relaciones.

Si queremos que en el futuro nuestra sociedad esté basada en la igualdad, es fundamental acompañar a los jóvenes y adolescentes y ofrecerles formas de relación basadas en el respeto y el buen trato, enfatizando en la no violencia para la resolución de los conflictos y analizando con ellos la desigualdad entre los roles masculinos y femeninos.

P.- ¿La Iglesia tiene una palabra clara en la denuncia de la violencia machista o aún hay mucho que trabajar para que esté presente en las homilías?

R.-Al igual que la sociedad ha ido evolucionando, la Iglesia también ha iniciado un proceso de reflexión y comienza a manifestarse contra la violencia machista. Es importante continuar y profundizar. La Iglesia debe reconocer la desigualdad existente en nuestra sociedad, acompañar a las mujeres que la sufren y apostar firmemente por la construcción de unos roles masculinos y femeninos basados en el respeto y la igualdad.

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