Nicaragua: el arzobispo de Managua asegura que Rolando Álvarez se encuentra muy bien de salud

El obispo Rolando Álvarez se encuentra en arraigo domiciliario en Managua, desde el mes de agosto, acusado por el gobierno de fomentar el odio y la división en la comunidad

El arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo José Brenes, asegura que el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien fue detenido desde el mes de agosto por el gobierno nicaragüense, se encuentra muy bien de salud.



En breves declaraciones a la agencia francesa de noticias AFP, Brenes manifestó: “de salud está muy bien, espiritualmente muy bien. Él dice que mira estas cosas como un momento de su historia, un momento del espíritu, y él piensa que, de manera personal, algo va a sacar de todo“.

Desde el 19 de agosto, el obispo Álvarez, quien ha sido uno de los más fuertes críticos a la dictadura del presidente Daniel Ortega, se encuentra en arraigo domiciliario en la ciudad capital Managua, acusado por el gobierno de fomentar “el odio y la división en la comunidad”, así como de haber organizado “grupos violentos” contra el gobierno sandinista.

Jesús no quiere una Iglesia callada

En su homilía dominical, celebrada en la catedral de Managua, el cardenal Brenes llamó a ser perseverantes en la oración y en la fe; resaltó que el católico tiene que tener esperanza ante tantas situaciones difíciles en el mundo: “si nosotros confiamos plenamente en Jesús podemos seguir adelante”.

Por otro lado, en su homilía, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, exiliado en Miami, aseveró que “en el momento de la persecución, Jesús no quiere una Iglesia callada, muda, sino una Iglesia llena de sabiduría, que sepa decir la palabra de la verdad con mansedumbre, pero con claridad y valentía, incidiendo en la marcha de la historia, no cerrando los ojos”.

Señaló que, a pesar de las injusticias y de la persecución de la que es víctima la Iglesia, la palabra de la Iglesia, inspirada en Jesús, es serena, clara, audaz, fuerte y valiente, por lo que “es más fuerte que los discursos de odio, las amenazas violentas y las acciones criminales de sus adversarios que quisieran acabar con la Iglesia”.

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