El cardenal Ricard reconoce haber abusado de una menor de 14 años

Además del ex presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, otros diez obispos tienen abiertos procedimientos canónicos y/o civiles

Cardenal Jean-Pierre Ricard, arzobispo emérito de Burdeos

El cardenal Jean-Pierre Ricard (78 años), arzobispo emérito de Burdeos, ha admitido una conducta “reprobable” sobre una menor de 14 años hace 35, cuando era párroco. Otros diez obispos franceses tienen procedimientos abiertos ante la justicia civil y/o canónica. Así lo ha anunciado hoy Éric de Moulins-Beaufort, actual presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, durante una rueda de prensa al concluir la Asamblea Plenaria del Episcopado.



El también arzobispo de Reims leyó a los periodistas un comunicado de Ricard, actual miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el que reconoce los hechos. “Mi comportamiento ha causado necesariamente consecuencias graves y duraderas para esta persona”, afirmó. “He decidido no callarme más y me pongo a disposición de la justicia”, añadió quien fuera presidente de los obispos.

Miembro de Doctrina de la Fe

El purpurado creado por Benedicto XVI ha pedido “perdón” a la víctima “así como a toda su familia”. “Es por estos actos que decido tomarme un tiempo de retiro y oración”, concluye el texto leído por Moulins-Beaufort, quien ya ha denunciado los hechos ante la justicia y ante el Vaticano.

La Plenaria de otoño, que dio comienzo en Lourdes el 3 de noviembre, llevaba meses preparándose para abordar los temas más apremiantes: la transformación diocesana y pastoral a la luz del Sínodo, la aplicación del motu proprio ‘Traditionis Custodes’… Pero todo se venía abajo cuando salían a la luz los abusos perpetrados por el obispo emérito de Créteil, Michel Santier, quien habría “abusado espiritualmente con fines sexuales” de, al menos, dos jóvenes, a quienes habría obligado a desnudarse durante la confesión.

Si el escándalo Santier ha sacudido al Episcopado, como afirmó el propio Moulins-Beaufort en su discurso de apertura, el caso del ex líder de los obispos franceses es otra piedra más en la credibilidad pérdida de la Iglesia gala.

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