El Patriarcado Ortodoxo de Moscú tacha a Macron de “ignorante”

  • El metropolitano Antonij critica su intervención en el encuentro de Sant’Egidio en Roma
  • “La élite ortodoxa es manipulada por las autoridades rusas para justificar su política de dominación”, dijo el presidente galo

El papa Francisco con Macron

Estos días, la Comunidad de Sant’Egidio ha celebrado en Roma la 36º edición de su Encuentro Internacional Interreligioso. Unas jornadas que se han celebrado bajo el lema ‘El grito de la paz’ y en las que el conflicto entre Rusia y Ucrania ha sobrevolado la mayoría de las intervenciones de los representantes políticos, culturales y de las numerosas confesiones que han asistido.



Uno de los mandatarios que quiso estar presente con Sant’Egidio (y con el papa Francisco, al que visitó el lunes 24) fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien, en su intervención, cargó contra la actitud del Patriarcado Ortodoxo de Moscú, pastoreado por el patriarca Kirill, quien, desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, ofrece su bendición a Vladímir Putin.

Víctima de la manipulación

Concretamente, el presidente galo denunció que “la élite ortodoxa es manipulada por las autoridades rusas para justificar su política de dominación”. Algo que no ha querido dejar pasar por alto el responsable del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, el metropolita Antonij de Volokolamsk, quien precisamente también estuvo en Roma en el encuentro de Sant’Egidio.

En una entrevista con la agencia ‘RIA Novosti’, Antonij ha reconocido que esta frase de Macron le causó “desconcierto” y la achaca a su “desconocimiento sobre el tema”. Una “ignorancia” que, según él, pudo ser comprobada por “líderes religiosos de todo el mundo, muchos de los cuales conocen bien la Iglesia Ortodoxa Rusa. Algunos de ellos han estado en nuestro país”.

Experiencia en París

Cabe destacar que, hasta su reciente nombramiento al frente de las relaciones exteriores del Patriarcado Ortodoxo de Moscú, Antonij desarrollaba su pastoral en París como exarca patriarcal de Europa Occidental. Un tiempo “en este maravilloso país” que aprovechó para tratar de “aprender más sobre Francia, su cultura, la historia de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Francia y el papel moderno del factor religioso en la vida de la sociedad francesa”.

Precisamente, eso es lo que ahora le reclama a Macron, deseando que, “con el tiempo, aprenda más sobre la historia de la ortodoxia, en particular de la Iglesia ortodoxa rusa, que es la Iglesia ortodoxa local más grande del mundo, y también conozca su situación actual”.

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