El Papa a los empresarios españoles: ¡Cuiden a sus empleados!

Francisco ha recibido hoy a la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y a la Confederación de Empresarios de Galicia, a los que les ha dado tres consejos

El papa Francisco en una audiencia con empresarios españoles

“Hay una virtud de la que no se habla mucho cuando se dan clases de economía: una de tus principales funciones es cuidar, cuidar a los tuyos, cuidar a tu empresa, cuidar a tus empleados, cuidar la Casa común, cuidar todo. El buen economista, el buen empresario cuida”. Con estas palabras se ha despedido el papa Francisco hoy en su encuentro con la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia.



Ante “una época con notorios desequilibrios económicos y sociales, es apremiante proponer una economía adecuada para contribuir a resolver las grandes problemáticas que vivimos a nivel mundial”, ha comenzado el Pontífice su alocución, para luego ofrecer a los empresarios españoles tres consejos:

1. La profecía

¿Qué tiene que ver la empresa con la profecía? “En un contexto tan complejo como el actual, caracterizado por la guerra y la crisis ambiental, a ustedes les toca realizar su servicio como profetas que anuncien y edifiquen la Casa común, respetando todas las formas de vida, interesándose por el bien de todos y fomentando la paz”, ha señalado. Y es que, para Jorge Mario Bergoglio, “sin profecía, la economía, y en general toda la acción humana, está ciega”.

2. El cuidado de la relación con Dios

“Como la tierra, cuando es bien cultivada y cuidada, da abundantes frutos, así también nosotros, cuando cultivamos la salud espiritual, cuando tenemos una relación bien cuidada con el Señor, comenzamos a dar muchos frutos buenos”, ha indicado, para luego resaltar que “la heroicidad que el mundo necesita hoy por parte de ustedes solo puede ser sostenible si hay raíces fuertes”.

Para el Papa, “la conversión económica será posible cuando vivamos una conversión del corazón; cuando seamos capaces de pensar más en los necesitados; cuando aprendamos a anteponer el bien común al bien individual; cuando entendamos que la carestía de amor y justicia en nuestras relaciones son consecuencia de un descuido de nuestra relación con el Creador, y esto repercute también en nuestra Casa común”.

Y ha continuado, “Entonces, y quizás solo en ese momento, podremos dar marcha atrás a las acciones perjudiciales que están preparando un futuro triste para las nuevas generaciones. Recuerden que cultivar la relación con el Señor hace posible tener raíces fuertes que sostendrán los proyectos que se deseen emprender”.

3. El trabajo y la pobreza

“Con los valores del trabajo y la pobreza, que implican la confianza completa en Dios y no en las cosas, se puede crear una economía que reconcilie entre sí todos los miembros de las diversas etapas de producción, sin que se desprecien mutuamente, sin que se creen mayores injusticias o se viva una fría indiferencia”, ha comentado.

No obstante, ha aclarado que “esto no quiere decir que se ame la miseria”. Por el contrario, “tiene que ser combatida, y para ello ustedes tienen los buenos instrumentos, como la posibilidad de crear empleos, y contribuir así a dignificar a sus prójimos. De manera que aquí tenemos un remedio para combatir la enfermedad de la miseria: el trabajo y el amor a los pobres. Sean creativos en la planificación del trabajo y eso les va a dar mucha más fuerza”.

Francisco les ha animado a “seguir transformando con creatividad el rostro de la economía”. Asimismo, les ha invitado a no olvidarse de que “su actividad está al servicio del ser humano, especialmente de los pobres”. Además, “es importante que tomen conciencia de que no están por encima de la naturaleza, sino que tienen que cuidar de ella, pues de esto dependen las generaciones futuras”, ha subrayado.

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