Chile: asumió el nuevo obispo de Punta Arenas

Óscar Blanco pidió humildad para rogar de rodillas por una iglesia herida por sus propios pecados

En una celebración eucarística con participación de comunidades de las parroquias de la diócesis y autoridades regionales y comunales, asumió la conducción pastoral de la diócesis de Punta Arenas, el obispo Óscar Blanco Martínez, omd.



Siendo obispo de Calama, en el desierto del norte  de Chile, el 13 de julio pasado el Papa Francisco lo trasladó al extremo sur del país para reemplazar a Bernardo Bastres, sdb, quien renunció al cargo y el Papa le aceptó la renuncia ‘nunc pro tunc’, ahora para hacerse efectiva cuando asuma su reemplazante, en diciembre del año pasado.

El mismo Bastres recibió a su sucesor en el templo catedral donde se realizó el juramento de fidelidad. Desde allí, Blanco, con el obispo Bastres y el Gobernador Regional, Jorge Flies, acompañados por un grupo musical integrado por pobladores procedentes de Chiloé, caminaron hasta el Liceo San José donde se realizó la Misa.

Humildad y fuerza

Un impacto de simpatía provocó el nuevo obispo con el inicio de su homilía: “¿Cómo están?”, preguntó saludando. De inmediato explicó: “Soy malo para los protocolos, lo advierto desde ya”, y agregó que “a los obispos se les perdona lo larga de su primera homilía y su última, así que tengan paciencia”.

En su mensaje al pueblo magallánico pidió a todos humildad y fuerza para rezar con insistencia por una “Iglesia herida por sus propios pecados y vista con misericordia por el Señor”. Dijo que caminar juntos en oración es la única forma de avanzar y tener fe de que “siempre en la oscuridad comienza a brotar algo nuevo que tarde o temprano da frutos”.

Recordó la ‘receta del alma’ del fundador de su Orden de Clérigos Regulares de la Madre de Dios, San Juan Leonardi: “Cristo ante todo”. Señaló que “nuestra sociedad arrastra muchas heridas por habernos fallado los unos a los otros”, y que hoy esa fragilidad debe ser reparada “sin soberbia ni resentimiento, sin pasadas de cuenta; debemos hacerlo con verdad, amor, justicia y paz”.

Comunidad con identidad regional

En sus palabras de bienvenida, el obispo Bastres dijo a su sucesor que “aquí encontrarás la cercanía y calidez en el corazón de los magallánicos, quienes han formado su carácter en este lugar y construido una comunidad con alma propia e identidad regional, orgullosos de su cultura, tradiciones y costumbres”.

Destacó la presencia de inmigrantes quienes “han venido desde Europa, que se ha enriquecido con la llegada de los chilotes y ahora con los inmigrantes de nuestra América Latina. Todos han traído su riqueza, cultura y fe en Jesucristo con sus diferentes doctrinas y expresiones”.

Bastres recordó la visita de Juan Pablo II en 1987, su intervención para lograr el Tratado de Paz con Argentina y la integración que existe hoy con el país vecino. Finalmente indicó que Oscar Blanco Martínez “es el cuarto obispo que ocupa la sede de esta Iglesia y el primero no salesiano. Por lo tanto, vendrás a enriquecer esta iglesia diocesana con tu carisma y espiritualidad”.

La diócesis de Punta Arenas ocupa todo el territorio de la Región de Magallanes y la Antártida chilena. Fue creada el 27 de enero de 1947 por el Papa Pío XII y está organizada en 11 parroquias, una de ellas en el territorio antártico.

Mientras, en Calama, sede vacante por el traslado del obispo Blanco, su Consejo de Consultores eligió como Administrador Diocesano al párroco de San Pedro de Atacama, Néstor Veneros. Veneros agradeció la confianza de sus hermanos sacerdotes y el trabajo del obispo Blanco. Luego invitó a todos los fieles “a continuar el trabajo de la sinodalidad en la que nos hemos empeñado en este último tiempo, pedirle a cada uno sus oraciones para que pronto podamos contar con un nuevo obispo que guie nuestro caminar”.

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