Fallece en Sevilla el salesiano catequeta Emilio Alberich

El arzobispo Salvatore Fisichella ha alabado su figura ante la asamblea del III Congreso Internacional de Catequesis en el Vaticano

La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora de Sevilla ha anunciado el fallecimiento del salesiano sacerdote Emilio Alberich Sotomayor, quien se encontraba en una comunidad de atención a religiosos enfermos en la capital hispalense. Alberich es reconocido dentro del campo de los estudios catequéticos ya que ha sido uno de los estudiosos más destacados en el desarrollo de este campo a lo largo de las últimas décadas de reforma conciliar. Precisamente el fallecimiento ha coincidido con la celebración, en el Vaticano, con el III Congreso Internacional de Catequesis en el que el arzobispo Salvatore Fisichella ha alabado la figura del estudioso.



Los salesianos han precisado que hace unos días se agravó seriamente su estado de salud, ya deteriorado desde hace muchos años. En el momento de su fallecimiento tenía 89 años de edad, y había cumplido los 73 de salesiano y los 62 de sacerdote. El funeral se celebra este sábado, 10 de septiembre, a las 11:30, en la Basílica de María Auxiliadora de Sevilla, donde se encuentra la comunidad a la que pertenecía.

Una vida dedicada a la catequesis

Nacido en Algeciras (Cádiz) el 16 de enero de 1933; durante su formación salesiana pasó por San José del Valle (Cádiz), Utrera (Sevilla) y Turín, donde realizó sus estudios teológicos y fue ordenado sacerdote el 11 de febrero de 1960. Tras ser docente en España, fue profesor de Catequética en la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, donde fue también director del Instituto de Catequética de 1974 a 1977 y de 1986 a 1989, y decano de dicha facultad, de 1989 a 1995. En 2005 vuelve a España, permaneciendo siempre en Sevilla.

Fue presidente del “Équipe Européene de Catéchèse” (1974-78 y 1994-98) y en 2007 fue nombrado presidente de la Asociación Española de Catequetas. También en Roma fue en ocasiones profesor en la Universidad Gregoriana. “Recordaremos a don Emilio por su humildad, sencillez y afabilidad. Ha sido un buen salesiano y un buen hermano de comunidad que se hacía querer. Piadoso, muy inteligente y muy trabajador”, destaca la provincia salesiana en su comunicado.

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