Osoro: “Sueño con que la trata se considere crimen contra la humanidad”

El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, no tienen ninguna duda de que los extranjeros “traen un enorme tesoro” y “rejuvenecen con sangre nueva a la vieja Europa”.  Así lo compartió durante la clausura del congreso ‘La Iglesia ante un mundo en cambio’ del Real Centro Universitario María Cristina de san Lorenzo de El Escorial. Estas jornadas organizadas por los agustinos se han celebrado entre el 25 y 26 de julio y enmarcado dentro de los Cursos Complutense Verano.



Para el vicepresidente del Episcopado, “a la crisis de la globalización de la migración, hay que responder con la globalización de la caridad”. En este sentido defendió que “la condición de persona y víctima” debe anteponerse a otras consideraciones “legales o fronterizas”.

Defensa de los derechos

Es más, justificó que “los derechos nos sacan de la barbarie” y de pensar que “a nadie se dé por caridad lo que es debido por justicia”. Es más, adentrándose en la cuestión de la trata, formuló un anhelo personal: “Sueño con que sea considerada un crimen contra la humanidad”.

Por ello, ante esta crisis humanitaria, Osoro recalcó la necesidad de reaccionar de forma integral con “una respuesta de compasión, de solidaridad, de recursos y de cooperación internacional”.

Cultura del rechazo

En cualquier caso, alertó de que “ignorarlo no es la solución”, de la misma manera que llamó a romper “la cultura del rechazo”. Frente a ello, apostó por “la cultura del encuentro” promovida por Francisco desde una mirada de “interculturalidad”.

En su intervención, el purpurado también puso en valor la repuesta de la Iglesia en materia de acogida, desde las diócesis a las congregaciones religiosas, pasando por Cáritas: “La Iglesia muestra un especial cuidado no solo con el socorro material, sino con el compromiso de cuidar su dignidad”.  “En la hospitalidad se hace el amor”, enfatizó.

Finalmente, el cardenal arzobispo de Madrid ha reclamado hacer realidad algunos “sueños”, como que Europa y España, “con toda su buena gente, política, social, religiosa y cultural”, se convierta en “tierra de acogida para los desplazadados”. “Como nosotros fuimos acogidos”, ha señalado.

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